INTERNACIONAL
moscú expulsó representantes

Las relaciones con la Unión Europea, en su “punto más bajo”

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Protestas. Moscú acusó a diplomáticos europeos de participar. | cedoc

El gobierno ruso expulsó ayer a tres diplomáticos europeos, a los que acusa de haber participado en las protestas por la condena al opositor Alexéi Navalny, lo que llevó a la relación de Moscú con Bruselas a su punto más bajo en mucho tiempo. 

La cancillería rusa confirmó la expulsión de diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia supuestamente por participar en manifestaciones que el gobierno declaró ilegales en apoyo de Navalny.

El ministerio había citado previamente a la embajadora de la misión diplomática sueca, al encargado de negocios polaco y a un enviado de la embajada alemana para expresarles su protesta por la participación de empleados de los consulados generales de Suecia y Polonia en San Petersburgo y de la embajada de Alemania en Moscú en las manifestaciones ilegales.

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“Los diplomáticos que participaron en los actos ilegales fueron declarados personas no gratas, de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961”, afirmó la cancillería en un comunicado divulgado por la prensa oficial. 

Esos diplomáticos, cuyo número no fue precisado, participaron supuestamente en concentraciones “ilegales el 23 de enero” en San Petersburgo y Moscú, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

La policía rusa detuvo a más de diez mil personas durante las masivas protestas en el país para exigir la liberación de Navalny, un activista anticorrupción de 44 años.

El opositor fue detenido a mediados de enero a su regreso a Moscú desde Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento que atribuye al presidente ruso, Vladimir Putin, y las fuerzas de seguridad FSB. El Kremlin niega toda responsabilidad en el hecho.

Respuesta. El anuncio de las expulsiones coincidió con la visita a Moscú del jefe de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, a quien el propio canciller ruso, Serguei Lavrov, informó sobre la decisión del gobierno de Vladimir Putin. 

Borrell, por su parte, lamentó que los vínculos entre Europa y Rusia “hayan caído a nuevos mínimos” por el caso Navalny. 

Por su parte, los tres países afectados por las expulsiones lamentaron la decisión de las autoridades rusas. Para la canciller alemana, Angela Merkel, la medida no solo es “injustificada”, sino también “otro aspecto de lo que estamos viendo ahora mismo en Rusia; un alejamiento del estado de Derecho”.

Al mismo tiempo, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, sostuvo que la medida “deteriora todavía más las relaciones (de Rusia) con Europa”, y pidió a Putin que “reconsidere una decisión” que, avisó, no quedará sin respuesta.

El reproche de Maas tuvo lugar en medio de la cumbre de seguridad franco-alemana protagonizada ayer por la canciller Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien se sumó a las críticas por las expulsiones.

“Condeno todo lo ocurrido en relación con Navalny: desde su envenenamiento a su encarcelamiento y a la expulsión de los diplomáticos europeos. Quiero expresar mi solidaridad con los tres países europeos cuyos diplomáticos fueron expulsados”, declaró en un breve comentario en el que, a pesar de todo, dejó la puerta abierta al diálogo con Rusia, país con “una historia y geografía comunes”, y con el que interesa mantener “una conversación continua”.

Suecia también se ha sumado a la protesta por la expulsión, basada en argumentos “completamente infundados”, según la portavoz de Exteriores, Linn Duvhammar. Rechazamos categóricamente que nuestro diplomático participara en las protestas”, sostuvo. 

La vocera evitó confirmar si su país tomará una medida recíproca, aunque avisó que Suecia “se reserva el derecho de dar la respuesta adecuada ante esta acción deplorable” por parte del gobierno ruso.

Polonia, a su vez, tomó la decisión de convocar al embajador ruso en el país para informarle que el diplomático polaco expulsado solo estaba realizando “tareas oficiales derivadas del estatus diplomático y de conformidad con la Convención de Viena”.

“La parte polaca espera que las autoridades rusas revoquen la decisión errónea. De lo contrario, Polonia deja abierta la opción de tomar las medidas adecuadas”, añadió la cancillería polaca en un comunicado en el que lamentó “las acciones emprendidas por las autoridades de la Federación de Rusia, que profundizarán aún más la crisis en las relaciones bilaterales entre nuestros países”.

Por último, el propio Borrell pidió que Rusia reconsidere la expulsión de los diplomáticos. Durante su reunión con Lavrov, el representante de la UE expresó su “fuerte condena” a esta decisión y rechazó las acusaciones de que mantuvieran actividades incompatibles con su estatus de diplomático, dijo su vocero, Peter Stano. 

“La decisión debe ser reconsiderada. El Alto Representante subrayó la unidad de la UE y la solidaridad con los estados miembro afectados”, agregó el portavoz.