Algo ha fallado en la India, y eso es la seguridad. El panorama sombrío por estas horas hace pensar que las escenas de cruentas batallas en la ciudad de Mumbai (ex Bombay), capital central del turismo y las finanzas de la India, dejarán varias lecciones. Los muertos llegarían a casi 200 y se cuentan por centenares los heridos. El hecho sorprendió al mundo por la crudeza de las imágenes.
Pasados tres días de un intenso raid de comandos terroristas por la ciudad, ya se empiezan a conocer algunos datos. Los expertos creen que el grupo que ha participado está asociado a Lashkar-a-Tayeb. Una facción armada, con raíces en Pakistán, que tiene en su ideología odio hacia el mundo Occidental y también a la India. Posiblemente muchas de sus tácticas y estilos hayan sido influenciados por Al Qaeda. Y es probable que el grupo haya sido entrenado en alguno de sus campos.
El ataque organizado, según los primeros indicios, se habría iniciado por mar. Un barco madre habría arrojado al agua varios botes de goma con diferentes grupos de terroristas, algunos de los cuales serían provenientes de Karachi (Pakistán). Pero se trataría de una acción combinada: se habla de una decena de jóvenes guerrilleros, que fue recibida por otro tanto en la ciudad India. Los lugares atacados fueron diez, incluidos tres hoteles de lujo, una estación de trenes, un mercado, una estación de servicio, un cine y un centro religioso judaico. Muchos de estos lugares, muy visitados por turistas occidentales. El centro religioso era conocido y valorado como una amplitud de cultos, dentro de un país donde las religiones varían mayormente entre el budismo y el islamismo. Los terroristas usaron teléfonos satelitales, y se comunicaron con Pakistán, según se filtraron algunos detalles de la investigación, que lentamente fueron surgiendo. Los periodistas locales e internacionales están ansiosos, y el gobierno ha decidido tomarse sus tiempos. Hay mucho para investigar. Nueve terroristas fueron abatidos, pero uno ha sido capturado.
Según informaciones que maneja la prensa, India habría recibido algunos avisos de futuros ataques por parte de algunas agencias de inteligencia. La prevención fue algo que falló a las claras en la ciudad de Mumbai. Las primeras horas, demostraron una respuesta tardía, a veces confundida y no muy eficiente. Los primeros en reaccionar fueron policías comunes, muchos de ellos no preparados para enfrentar a sujetos armados con armas automáticas, fusiles de alta repetición y granadas. Recién después de algunas horas, el ejército y los comandos tácticos llegaron al lugar. Quizás con la situación descontrolada, las autoridades intentaron sofocar rápidamente la escena, aunque las cifras de víctimas ya eran importantes.
El asalto al centro religioso judío resultó una operación poco exitosa y muy criticada. El centro fue rodeado y atormentado militarmente, pero los rehenes fueron encontrados muertos. A veces el tiempo, el control de la zona y el desgaste son mejores consejeros que una operación violenta, ya que el precio de entrar por la fuerza es alto. Lamentablemente sólo se encontraron cadáveres al ingresar, hecho que fue criticado por la prensa israelí, que cierta experiencia tiene en el desarrollo de estas situaciones. Si bien les habían ofrecido ayuda internacional a las fuerzas de seguridad indias, éstas actuaron por su cuenta. El rabino fallecido y su esposa, lograron al menos que su único hijo de 2 años escapara con una mucama.
Pero surgen otros datos. Han surgido rumores que indican que algunos integrantes del grupo serían de nacionalidad británica, hecho que se está investigando. Esto hace pensar una conexión con los ataques de Londres, de hace unos tres años atrás, donde también algunos de los atacantes eran ciudadanos locales pero de origen pakistaní.
Otro dato más es el armamento utilizado: las granadas y explosivos de alta destrucción que se encontraron y que no se consiguen fácilmente. Inclusive, se dice que hubo habitaciones previamente rentadas en los hoteles, donde los terroristas habían establecido un arsenal previo a su llegada. Algo que sorprende es como se movieron por la ciudad y dentro de los establecimientos, lo que da cuenta de un grupo local que los guiaba.
El ejército y las fuerzas navales de comandos indias que participaron, se encontraron con sujetos dispuestos a todo, que incendiaban y hacían explotar su arsenal, generando el caos. Disparaban a cualquiera, sin razón, dejando tendales de muertos tanto de gente local como de turistas. El hotel Taj Majal, una belleza arquitectónica de la ciudad, fue controlado recién luego de casi 60 horas. Partes de su estructura permanecen en llamas, y se cree que algunos pisos podrían ceder debido al intenso fuego que padeció.
La investigación está comenzando. Este ataque parece planificado con mucha antelación. Lamentablemente han fallecido inocentes víctimas, presas de un fanatismo insaciable, que año tras año va dejando secuelas en distintas capitales del mundo. Capitales abiertas al turismo, a los negocios, con mucha preparación en servicios de hotelería, pero no tan entrenadas a la hora de semejante emergencia. Líderes mundiales han llamado para solidarizarse con el Primer Ministro Singh de la India, incluyendo Barack Obama. Pakistán fue el primer país que llamó a sus vecinos. Su presidente enviaría una misión especial de inteligencia ya que está también preocupado. Se trata de lograr que la tensión entre ambas naciones no vuelva a niveles no deseados del pasado. Pero en la India, a estas horas, la frustración con su vecino país es enorme. Se espera un discurso de George Bush para el mediodía de Washington.
(*) especial para Perfil.com (desde Estados Unidos)