En el marco de las próximas elecciones presidenciales en Francia, el líder del partido de ultraderecha Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, reconoció que podría quedarse afuera de los próximos comicios si su candidatura no consigue 500 avales necesarios para el cargo.
El dirigente, en una rueda de prensa, evidenció las dificultades que su fuerza política encuentra para obtener el mínimo de rúbricas solicitadas, al declarar que todavía le faltan “demasiadas”, según un despacho de la agencia Europa Press tomado por Télam.
Asimismo, Le Pen denunció que esta situación es una "verdadera conspiración de oligarcas de los partidos instalados junto las grandes instituciones del Estado" para impedir al candidato de la oposición nacional estar presente en las elecciones presidenciales.
A pesar de que alcaldes, diputados regionales y nacionales pueden firmar dichos avales, el hecho de que las listas de respaldo a los candidatos sean de acceso público dificulta la tarea del Frente Nacional, quien denunció que los dirigentes políticos que le dieron su apoyo en el 2002, -donde alcanzó la instancia de ballotage-, se vieron sometidos a un "verdadero chantaje político" y recibieron "amenazas físicas".
Es en este contexto que Le Pen llamó a los alcaldes a que "asuman su responsabilidad", "superen sus miedos" y firmen los avales, mientras que pidió de manera pública al primer ministro, Dominique de Villepin, la modificación de la ley para asegurar la confidencialidad de quienes detentan cargos electos y aporten las firmas para los aspirantes a la jefatura de Estado.
Por su parte, De Villepin respondió de inmediato al señalar que "no hay razón para modificar las reglas del juego a escasos meses de las elecciones".
Le Pen explicó que su partido se vio obligado a desembolsar "un millón de euros" en 2002 en la campaña de obtención de dichos avales, lo que constituye "una carrera contrarreloj para los pequeños candidatos", se lamentó.
El militante de ultraderecha ya había tenido dificultades ese año para lograr las 500 firmas, aunque luego consiguió el 16,86 por ciento de los votos y pasó a la segunda vuelta tras quedar por encima del Partido Socialista.
Le Pen no es el único posible candidato de la extrema derecha francesa, ya que también figura su ex aliado Phillippe de Villiers, del Movimiento por Francia, cuya plataforma política contempla deportar a todos los indocumentados y prohibir el velo islámico en toda Francia.