Beirut - Al menos tres personas murieron y otras 133 resultaron heridas en los enfrentamientos de este martes en el Líbano, entre partidarios gubernamentales y de la oposición, según un nuevo balance comunicado por la policía.
La región vive un gran clima de tensión ya que se encuentra paralizada por una huelga de la oposición –dirigida por la guerrilla chiíta de Hezbollah–, cuyos partidarios bloquearon los caminos con barricadas de neumáticos incendiados. De hecho, los responsables de la agrupación llamaron a sus partidarios a continuar el movimiento.
Por su parte, el sector de la mayoría parlamentaria y del gobierno –apoyado por los países occidentales– denunció un "golpe de Estado" al tiempo que llamó a las fuerzas de orden a dejar expeditas las rutas. Los libaneses no se decidían a salir de sus casas por temor a que la situación empeorase y la carretera entre Beirut y Damasco se encontraba cortada, el tráfico aéreo perturbado y ocho vuelos fueron anulados en el aeropuerto de Beirut, cuyos accesos estaban bloqueados.
Los enfrentamientos, que comenzaron entre partidarios de distintas facciones armados con piedras y palos, continuaban al norte de Beirut pero con armas de fuego, por lo que el ejército intervino haciendo disparos al aire. El primer ministro libanés, Fuad Siniora, advirtió este martes a la oposición que no tolerará “que se atente contra el orden público ni tampoco “actos que nos recuerdan la guerra civil y el período de tutela (siria)”.
La escalada se produjo 48 horas antes de la celebración de una conferencia de ayuda internacional a Líbano prevista para el jueves en París. La cita en la capital francesa representa una importante oportunidad para el país, sumido en una deuda externa de 41.000 millones de dólares, pueda salir de su grave crisis financiera.
El ministro de Comunicación, Marwan Hamadé, habló de "golpe de Estado contra el gobierno" y pidió "calma" a los ciudadanos, pero prometió el éxito de las conferencia de ayuda internacional para Líbano, programada para el jueves en París. "Lo que ocurre no tienen nada que ver con la democracia. Es un verdadero golpe de Estado", declaró por su parte el dirigente cristiano Samir Geagea, aliado del gobierno, que calificó las acciones de los manifestantes como "terroristas".
Respondiendo a estas acusaciones, el líder de la oposición cristiana Michel Aun calificó al gobierno de "criminal", pidiendo la detención de personas responsables de disparos contra los manifestantes. Seis de ellos fueron alcanzados por disparos de desconocidos cuando participaban en el bloqueo de los caminos en regiones de mayoría cristiana, según detalló la misma policía.
En Baabda, en el suburbio este de Beirut, un manifestante resultó herido cuando fue arrollado por un coche "intencionalmente", según una fuente de la Corriente Patriótica Libre (CPL), el partido de Michel Aun. Por otra parte, cuatro partidarios de la CPL fueron detenidos por las fuerzas del orden en la llanura oriental de la Bekaa, según el partido.
Algunos comercios, escuelas y bancos trataron de abrir, pero la presencia de empleados y alumnos era escasa, pues muchos de ellos no consiguieron llegar hasta sus lugares de trabajo. Las fuerzas de seguridad y del ejército, que tradicionalmente participan en Líbano en el mantenimiento del orden, trataron en algunos lugares de reabrir la circulación, pero evitando enfrentarse con los manifestantes. La oposición había convocado a la huelga para protestar contra el gobierno de Fuad Siniora, apoyado por los países occidentales, acusado de acaparar el poder.
Fuente: AFP