INTERNACIONAL
atentado terrorista

Los abogados del 11S se enfrentan a otro ‘juicio’

Los defensores de los acusados por el ataque a las Torres Gemelas perdieron a sus clientes y son cuestionados en los Estados Unidos. El temor a que atenten contra sus vidas.

Un dia nefasto. El momento del ataque terrorista de 2001.
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Desde Nueva York (dpa)
Algunos días James Connell tiene miedo. Desde que defiende ante los tribunales a un hombre que supuestamente colaboró en la preparación de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ya no se siente seguro. Son muchas las personas a las que les gustaría ver ejecutado de inmediato a su cliente. “Cuando uno ve que el mismo coche estacionó varias veces enfrente de tu casa, se siente miedo”, reconoce Connell. “Cuando uno ve que alguien rebusca entre su correo en su buzón, se preocupa”, agrega el abogado.
Durante las audiencias preliminares que actualmente se siguen en un tribunal militar, alguien lo insultó recientemente llamándole “saliva defensora de islamistas”. Otro lo acusó de ser una vergüenza para los Estados Unidos. Una y otra vez le preguntan cómo puede justificar defender desde hace años a Ali Abdel Asis Ali, el hombre que proporcionó dinero a los pilotos suicidas del 11S, el sobrino del supuesto instigador de los atentados, Jalid Sheij Mohamed.
“Cuando uno cree en el sistema judicial, da igual cuáles son las acusaciones”, afirma David Nevin, defensor de Mohamed y uno de los abogados defensores de Bahía de Guantánamo. La mayor parte de la gente olvida que todo el mundo, también los terroristas, tienen derecho a un juicio justo y que su trabajo está inscripto incluso en la Constitución. “No deberíamos castigar, sancionar ni ejecutar a nadie hasta que no haya tenido acceso a asesoramiento legal”, advierte Nevin.
Cheryl Bormann apoya las palabras de su colega. “Todo el mundo tiene derecho a que el gobierno no abuse de su poder”, asegura. Bormann defiende a Walid bin Attash, el guardaespaldas de Osama bin Laden que proporcionó los visados falsos a los terroristas. Y aunque algunos consideren traidores a estos abogados, prima el agradecimiento por su ingrata tarea, incluso entre los familiares de las víctimas, afirman los abogados que defienden a los que nadie quiere defender.
Aun así, Connell reflexionó mucho sobre si debía aceptar el “caso más difícil” de su vida. Un antiguo compañero de Nevin describió el caso como “el mayor reto al que jamás se enfrentó un abogado” en un artículo del Idaho Satesman. El diario local de Idaho, donde Nevin tiene su despacho de abogados, le describió como “defensor de un perdedor”. Como motivación, de camino a los tribunales, Nevin escucha a veces los alegatos de Tony Serra, un abogado californiano que defendió a miembros de los Hells Angels y de los Panteras Negras.
El proceso de Guantánamo ha dado un vuelco a las vidas de los abogados. “Mis clientes han desaparecido”, afirma Connell, que al igual que sus colegas debe permanecer toda una semana en Cuba para poder hablar una sola vez con sus defendidos, ya que el Ejército estadounidense sólo traslada visitantes a la prisión de Guantánamo una vez cada siete días.
Apenas hay posibilidades de que los “cinco de Guantánamo” puedan ser absueltos. Pero a pesar de ello, Nevin no quiere tirar la toalla. Aparece tranquilo y reservado ante el estrado y brilla con argumentos fundados y alguna retórica. “Quiero contar toda la historia del 11S”, declara.