Los burdeles de Sidney se frotan las manos ante la llegada de centenares de miles de católicos y turistas que asistirán a mediados de mes a la Jornada Mundial de la Juventud, presidida por el papa Benedicto XVI, que prevén disparará la demanda de sexo.
Cada vez que Australia alberga un gran evento, desde la Copa del Mundo de Rugby en 2003 hasta la cumbre de 2007 de la Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC), la industria del sexo disfruta del "boom". Y la demanda debería volver a subir como la espuma con centenares de miles de peregrinos australianos y extranjeros esperados en Sidney durante los seis días de celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, entre el 15 y el 20 de julio.
El burdel Xclusive está reclutando a personal suplementario para ofrecer sus servicios sexuales tanto a los turistas que viajan solos como a los locales. "Recibiremos a muchos turistas, peregrinos y también a curiosos", asegura a la AFP una portavoz del burdel Bondi Junction.
"Cuando el Consejo Mundial de Iglesias celebró su congreso en Canberra, en los años 90, éste fue el mejor período de la historia para la industria", agrega. "Evidentemente no promovemos (los servicios) en el seno de las comunidades católicas locales y es poco probable que recibamos a sacerdotes. Pero habrá muchos turistas en la ciudad", insiste esta portavoz.
La patrona del Xclusive, una mujer rubia de unos 30 años que sólo da su nombre de pila, Catherine, explica que está contratando a nuevas chicas y estudia reclutar a una segunda recepcionista para gestionar el aumento de la demanda. Este burdel, con habitaciones de lujo, duchas dobles, 'spas' y botones de socorro para las trabajadoras sexuales, prevé un aumento de sus ingresos de entre 150 y 200% durante la Jornada Mundial de la Juventud.
El magnate estadounidense "Donald Trump utilizó estos azulejos para su rascacielos en Nueva York", cuenta orgullosa Catherine, al mostrar el spa de una de las habitaciones.
"Les sobraba una cierta cantidad, así que nos quedamos con el resto", explica. Catherine estima que la proximidad de su burdel respecto a los lugares donde se celebrarán los actos más importantes, incluida la misa final del Papa, con 500.000 asistentes previstos, atraerá a los clientes hasta su puerta. Emma, una de las trabajadoras del Xclusive, anticipa que muchos de los que se dejarán caer por su local serán vírgenes, tanto en el sexo como en la industria.
"Creo que en la Jornada Mundial de la Juventud habrá mucho trabajo. Habrá muchos clientes que se estrenarán, muchos hombres de negocios", destaca.
La asociación Eros, que reagrupa a la industria australiana para adultos, prevé que los burdeles - que en este país son legales - y los sex-shops registrarán una " clientela masiva" durante este acontecimiento católico.
"Conocemos al tipo de personas que frecuentan prostitutas o tiendas para adultos. Muchas de ellas lo hacen porque personalmente se sienten reprimidas", a menudo por cuestiones "religiosas", señala a la AFP el portavoz de Eros, Robbie Swan. "Nuestra industria es la de la fruta prohibida", ironiza.