LA HABANA.- El gobierno de los hermanos Raúl y Fidel Castro puso en marcha esta semana el anunciado recorte de más 500.000 empleos estales en los cinco sectores principales de la economía cubana, entre ellos la emblemática salud pública, tarea que es sólo "la primera fase" de un plan para aliviar la plantilla estatal de alrededor de 1.300.000 trabajadores. Desempleo o "reordenamiento laboral"; trabajadores "disponibles" o parados... como se lo quiera llamar al proceso traumático que viene, lo cierto es que para el gobierno de los Castro y para los 11 millones de cubanos, llegó el día D. Las cesantías han empezado por los ministerios de la Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y en el sector del Turismo, luego vendrán los demás.
La reconversión es de calibre pesado, o al decir de un economista cubano, "digna de un ajuste del Fondo Monetario Internacional": lo estipulado es que se compense a los trabajadores "sobrantes" a razón de un mes de salario por cada diez años trabajados, en algunos casos puntuales con alguna ayuda extra. El salario medio en Cuba es de unos 410 pesos cubanos (equivalente a 14 euros), y aunque mucha gente no puede vivir de su sueldo llega a fin de mes gracias a lo que "resuelve" en su centro laboral. "Es fácil de entender que salir fuera del circuito estatal representa saltar al vacío", señala un académico. El Estado ya ha dicho que solo puede hacer una oferta de empleo, y no a todos, en sectores como el de la agricultura o la construcción. El que no acepte la propuesta ha de buscarse la vida como pueda en el sector privado o cooperativo, que ahora el Gobierno impulsará como alternativa al problema social que se avecina.
Según estimaciones oficiales, en 2011 se acabará definitivamente con 146.000 puestos de trabajo estatales y otros 351.000 funcionarios públicos "pasarán a otras formas de empleo independiente". Se pretende que en los próximos meses 100.000 personas pasen a ejercer diferentes trabajos por su cuenta y que para 2016 el 50 % de los cubanos ya estén en el sector privado. Algo nada sencillo y que, de lograrse, supondrá un verdadero cambio estructural -y aún más de mentalidad - en un país donde hasta ayer el 90 % de la economía era controlada por el Estado.
Tema peliagudo es cómo y quién decide que trabajadores se marchan. Cuba es quizás el único país del mundo en el que el sindicato único - la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) - toma partido activamente en este proceso y aconseja a la empresa que trabajadores no son "idóneos" para seguir en determinado puesto. En cada centro laboral se ha creado una "comisión de expertos", integrada por entre cinco y siete personas, incluidas un representante de la CTC y de la administración, que hace la evaluación y propone a la dirección de la empresa u organismo la lista fatal. La decisión que tomen estos es inapelable.
Tensiones hay y considerables. En algunos hoteles e instalaciones turísticas en donde los empleos son muy apreciados y ya han comenzado los despidos, las discusiones entre la plantilla, el sindicato y el resto de los "factores" son durísimas. El secretario general de la CTC, Salvador Mesa, pidió recientemente que las "comisiones de idoneidad" sean "verdaderos representantes de los trabajadores para evitar males como el favoritismo, el nepotismo, el paternalismo y la falta de profundidad en los análisis". El Gobierno asegura que nadie quedará desamparado, pero insiste en que no se volverá a las políticas paternalistas del pasado.
Fuente: Diario El País, Madrid.