Los nueve disidentes cubanos liberados el último 13 de julio, hicieron sentir sus reclamos por el lugar que el gobierno español eligió como hospedaje para pasar los próximos días.
El diario El Mundo informó hoy que los recién llegados se quejan por las condiciones del hostel Welcome y por el status de inmigrantes que les ofreció el gobierno - de renunciar, pasarían a ser refugiados - : "El baño es colectivo y las habitaciones no están ventiladas", comentó al matutino Oleivys García. Tampoco tienen teléfono.
La mujer, esposa del disidente Pablo Pacheco, manifestó su "desconcierto" por el lugar, ubicado en el polígono industrial en el sur de la capital y por el que se cobra, por noche, 13,90 euros. "Nos recomiendan que nos vayamos, porque aquí la vida es demasiado cara", aportó por su lado, Omar Moisés Ruiz Hernández, a El Mundo.
Hoy llegarán a territorio español otros dos disidentes de la isla. De acuerdo a la Cruz Roja, los "el protocolo firmado con Exteriores prevé la asistencia a los disidentes durante 24 meses, aunque el acuerdo se revisará cada año. Les ofreceremos alojamiento, asesoramiento laboral, apoyo médico y psicológico".