El gobierno de Canadá anunció que los contribuyentes no pagarán los millonarios gastos de seguridad del príncipe británico Harry y de su esposa, Meghan Markle, una vez que abandonen su estatus real y se instalen definitivamente en ese país de América del Norte. Sin embargo, los duques de Sussex están decididos a seguir exigiendo protección incluso después de que dejen de representar a la Corona británica el 31 de marzo.
Desde que los duques de Sussex dejaron el Reino Unido y se instalaron en Vancouver con su hijo Archie, la Policía Metropolitana solicitó asistencia a la Real Policía Montada de Canadá para brindar seguridad a la familia. Sin embargo, el Gobierno canadiense fue cuestionado porque los gastos del equipo de seguridad -que ascienden hasta los casi 2 milones de dólares- son pagados por los contribuyentes.
"Por petición de la Policía Metropolitana, la Real Policía Montada de Canadá ha provisto de asistencia desde la llegada del duque y la duquesa a Canadá, intermitentemente desde noviembre del 2019. La asistencia se detendrá en las próximas semanas, siguiendo su cambio de estatus", advirtió la Real Policía Montada de Canadá en un comunicado que fue publicado por CBC News.
Además, explicaron las razones que obligan al Gobierno canadiense a seguir brindando seguridad a Meghan y Harry, quienes anunciaron su alejamiento de la familia real en enero: "El duque y la duquesa de Sussex al decidir reubicarse en Canadá por medio tiempo, presentaron a nuestro gobierno una serie de circunstancias únicas y sin precedentes. Como el duque y la duquesa son actualmente reconocidos como personas internacionalmente protegidas, Canadá tiene la obligación de proveer asistencia de seguridad según sea su necesidad", explica el comunicado de la Policía.
Los canadienses, a favor de la medida
Los duques de Sussex dirán adiós a su estatus real siguiendo su deseo de abandonar sus obligaciones como representantes de la Corona británica y de llevar una vida “normal” y ser financieramente independientes. Actualmente están instalados con su hijo Archie (nacido en mayo de 2019) en una lujosa casa en la isla canadiense de Vancouver, frente a la gran metrópolis del Pacífico. La partida del príncipe marca un primer paso en la “vida más independiente” que la reina Isabel II dijo que “apoya”.
Meghan y Harry dijeron que tienen la intención de dividir su tiempo entre Canadá y el Reino Unido, donde también mantienen Frogmore Cottage en los terrenos del Castillo de Windsor. A principios de febrero, una amplia mayoría de canadienses (77%) consideró en una encuesta realizada por la cadena CTV que su país no tiene que pagar por la seguridad del príncipe y de su familia porque no están en Canadá como representantes de la reina. De acuerdo con la encuesta, sólo el 19% de los canadienses no se opondría a que su país asumiera una parte de los costos.
En enero, más de 80.000 canadienses firmaron la petición digital para pedir a los duques que se hagan cargo de sus gastos de seguridad durante su permanencia en Canadá. “Los canadienses se complacen en dar la bienvenida al duque y a la duquesa en Canadá, pero dijeron claramente que los contribuyentes no deberían estar obligados a mantenerlos”, afirmó Aaron Wudrick, presidente de la Canadian Taxpayer Federation, la asociación promotora de la recolección de firmas. “Todos los canadienses auguran” a los duques de Sussex “que puedan realizar su ambición de convertirse en financieramente independientes”, agregó.
El príncipe, nieto de la reina Isabel II e hijo del príncipe Carlos de Gales y la princesa Diana, expresó su "gran tristeza" por la forma en que él y su esposa se separaron de la familia real británica: "Me produce gran tristeza que se haya convertido en esto", expresó. "Nuestra esperanza era seguir sirviendo a la reina, a la comunidad y a mis asociaciones militares, pero sin financiamiento público. Lamentablemente, eso no es posible", expresó.
El acuerdo alcanzado para sellar la separación de la familia real despojó a Enrique y Meghan de fondos públicos, y les exigió que reembolsaran 2,4 millones de libras (unos 3,1 millones de dólares) utilizados en la renovación del complejo donde viven, cerca del castillo de Windsor. A partir de ahora, serán financieramente independientes y libres de desarrollar actividades laborales privadas, pero no podrán utilizar la palabra "Royal" en su marca personal, y tampoco el tratamiento de "Alteza Real". Sin embargo, podrán ser llamados Duques de Sussex.