Los tres candidatos socialistas a la presidencia de Francia se enfrentaron por primera vez hoy ante las cámaras de televisión en un debate en el que explicaron por qué desean aspirar al cargo y cuál es el programa que proponen. La favorita en todos los sondeos, Segolene Royal, de 53 años, además del ex primer ministro, Laurent Fabius, de 60, y el ex titular de Economía, Dominique Strauss-Kahn, de 57, respondieron de pie y detrás de un pupitre a las preguntas de dos periodistas durante poco más de dos horas.
Para evitar una confrontación frente a las cámaras, los tres candidatos pautaron de antemano que no debían hablarse directamente ni tampoco interrumpirse y sólo se limitaron a responder, en un estudio con público y en un tiempo estipulado, a las cuestiones formuladas por los afiliados socialistas por Internet. “Soy candidata para que gane la izquierda y para que Francia triunfe. Hoy por hoy, no tengo respuesta a todo. Quiero trabajar con los franceses”, declaró Royal, que apareció vestida de blanco, tensa pero sonriente.
En un debate esencialmente dedicado a las cuestiones económicas y sociales, los tres candidatos criticaron la actual política del gobierno del presidente Jacques Chirac. Entre los temas candentes de la agenda de los candidatos figuraron la duración de la semana laboral, el poder adquisitivo, el crecimiento económico, el sistema fiscal, los salarios y la fuga de empresas a otros países.
“Francia necesita más dinamismo y un Estado ofensivo y que sepa defenderse porque sólo así el crecimiento regresará”, estimó Fabius. Por su parte, Royal habló de una “espiral de depresión” y pidió que se “cambie la mirada de los políticos hacia la economía”. Más tarde, Fabius criticó el “hipercapitalismo global” y Strauss-Kahn defendió una socialdemocracia moderna que ponga los medios para vencer el desempleo y fomentar la competitividad.
“Lo que nos une es más importante que lo que nos divide, aunque hay divergencias que no pueden ocultarse. Sin embargo, la derecha no debatirá internamente y llegará a las elecciones dividida, mientras que nosotros nos presentaremos en las urnas unidos”, garantizó Strauss-Kahn.
Este es el primero de los tres debates que pondrán frente a frente a los tres aspirantes socialistas, los cuales irán detallando sus proyectos en materia social, económica y política y su visión del futuro de Francia.
Los tres políticos tienen un mes exacto para convencer a los afiliados del partido de apostar por ellos, ya que el próximo 16 de noviembre, los 200 mil franceses con carné socialista elegirán a su candidato en unas elecciones internas. El caso es que Segolene Royal sigue siendo la única alternativa de hacer sombra al ministro de Interior y líder en el poder Nicolas Sarkozy, que se perfila como el gran candidato de la derecha francesa.
Un sondeo publicado esta semana en los medios locales indicó que si las elecciones presidenciales francesas se celebraran hoy, Royal podría ser derrotada por Sarkozy en la primera vuelta gracias a un pequeño porcentaje de votos, pero vencería a cualquier adversario de la derecha en la segunda y se convertiría así en la primera presidenta de la historia de Francia.
La presidenta de la región de Poitou-Charentes (oeste) y diputada no ocultó que temía esta cita con sus dos rivales ante las cámaras de televisión. Consciente de ser la candidata que más tiene que perder y de haberse convertido en blanco de las críticas de los pesos pesados del socialismo, Royal amenazó incluso con no participar en los debates en directo.
Para muchos varones del partido –Fabius y Strauss-Kahn incluidos– Segolene es una mujer sin programa, algo demagógica, que no sabe hablar en público y predica un socialismo prácticamente de derecha.