Desde Río de Janeiro. “Esta es la cuarta vez que le toca a Brasil realizar la cumbre de los BRICS. Y de todas ellas, esta es la que enfrenta el escenario global más adverso”. Con esta reflexión melancólica, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva abrió la primera reunión de jefes de Estado y primeros ministros, de los 11 países que ahora integran el bloque. “Las Naciones Unidas acaba de cumplir 80 años en junio, y hemos testimoniado ahora un colapso sin precedentes sin precedentes en el multilateralismo”, declaró el jefe de Estado brasileño.
Y completó con esta descripción: “El derecho internacional se ha convertido en letra muerta, junto con la solución pacífica de las controversias”. En sus definiciones, y sentimientos, “el multilateralismo está bajo ataque, y la autonomía de nuestros países está nuevamente bajo amenaza”. Señaló uno de los factores que pesan en esta adversidad: “Las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU reproducen una trama cuyo resultado todos conocemos: pérdida de credibilidad y parálisis. Al punto que ya ni siquiera se consulta antes de iniciar acciones militares. Y así se reciclan viejas maniobras retóricas para justificar intervenciones ilegales”.
Lula cuestionó con dureza la reciente decisión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que “alimenta la carrera armamentista al aumentar el gasto militar a 5% del PBI, frente a una Ayuda Oficial al Desarrollo de apenas 0,7%. También es más fácil invertir en la guerra que en la paz”. Y formuló a seguir una conclusión: “Están socavando los esfuerzos por prevenir la proliferación de armas nucleares”. Su pronóstico es un mensaje de alerta: sin el respaldo del derecho internacional, es probable que vuelvan a repetirse acciones fracasadas como las de Afganistán, Irak, Libia y Siria. “Pero esas serán incluso mucho más graves”, remarcó.
Luces y sombras en la cumbre de los Brics en Río de Janeiro
Puso entonces como ejemplo lo que ocurre en Gaza “donde Israel lleva a cabo un genocidio”, con la masacre de civiles inocentes y con el uso del hambre como arma de guerra. Para el líder brasileño hay solo un camino y es el de crear el Estado palestino soberano dentro de las fronteras establecidas en 1967.
Criticó con aspereza los crujidos del Organismo Internacional de Energía Atómica, que recientemente con el caso de Irán “puso en juego su reputación”. En cuanto al último conflicto de Israel y Estados Unidos contra el país persa, recordó que su gobierno “denunció las violaciones a la integridad territorial iraní”, como también lo hizo con Ucrania hace ya tres años.
El balance, en ese sentido, continúa poco alentador. Es que la “comunidad internacional sigue ignorando crisis muy graves en otras partes del mundo”, sostuvo. En una opinión muy política, reivindicó que si “la gobernanza internacional no refleja la nueva realidad multipolar del siglo XXI, corresponde a los BRICS contribuir a su actualización”.
Basó su propuesta en el grado de diversidad y representatividad del nuevo bloque, especialmente luego del ingreso de países como Indonesia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía. Para el mandatario brasileño, la representatividad y diversidad del nuevo bloque “lo convierten en una fuerza capaz de promover la paz y prevenir y mediar en conflictos”. Abogó por último por una reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que es responsable, en buena medida, por los fracasos de la ONU como entidad mundial pacificadora.
