Rio de Janeiro - La ola de violencia que se desató el jueves pasado en Rio de Janeiro y que cobró según datos oficiales 24 muertes, prosiguió en la jornada de hoy cuando un micro fue atacado y prendido fuego.
El hecho vandálico, que no produjo heridos o muertos dado que sus ocupantes lograron escapar a tiempo, generó el anuncio del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de pedir el endurecimiento de la legislación penal para castigar a los responsables al punto de equiparar lo ocurrido a prácticas "terroristas", y también del nuevo gobernador de esa ciudad, Sergio Cabral que solicitó la intervención militar al Estado de Brasil.
Después de los violentos incidentes que generaron 24 muertos, incluyendo el deceso de siete pasajeros de un colectivo incendiado por narcotraficantes y la caída de cinco presuntos delincuentes en un tiroteo con la policía, el presidente Lula da Silva dijo a un grupo de periodistas tras un acto oficial en Brasilia, que el gobierno federal "va a hacer lo que sea preciso para que podamos acabar con ese vandalismo".
Para Lula, quien el lunes había dicho en un discurso en el Congreso que los ataques contra objetivos policiales y civiles en Rio podían ser calificados de "terrorismo", los responsables de ese tipo de actos no pueden ser tratados normalmente a nivel judicial.
"No se puede tratar como crimen común gestos como aquellos que vimos en Sao Paulo y en Rio de Janeiro. Eso significa que podemos discutir, se fuera el caso, cambios en la legislación. No podemos permitir que alguien pueda entrar en un ómnibus y echar fuego para que las personas mueran y aún pensar que eso debe ser tratado con cierta normalidad", subrayó el mandatario.
Por su parte, el nuevo gobernador de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, ratificó este martes que pedirá al gobierno federal la presencia de tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad para combatir la violencia de las bandas de narcotraficantes.
"La seguridad es todo para el desarrollo económico, para la salud y la educación", dijo Cabral, quien asumió el lunes y pretende que los efectivos de unidades del Ejército, Marina y Fuerza Aérea apoyen en el patrullaje en Rio.