En el marco de una feroz pelea por las elecciones presidenciales brasileñas que se definirán el próximo domingo mediante ballotagge, con fuertes denuncias de corrupción y debates escandalosos, el presidente Lula Da Silva aprovechó la condecoración al piloto de fórmula Uno Felipe Massa y su obligada fotografía junto al deportista para sumar puntos y conseguir la tan ansiada reelección.
Por eso, Lula no dudó en ponerse la gorra roja de la escudería Ferrari para premiar con el máximo galardón deportivo de Brasil a Massa, que el domingo ganó la última prueba del campeonato mundial de Fórmula 1 en el circuito de Interlagos.
La ceremonia de concesión de la Medalla de Honor al Mérito Deportivo se realizó en una sala especial del aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, y duró no más de cinco minutos.
Sin embargo, el tiempo alcanzó para que Lula se sacara fotos abrazado a Massa, quien se alzó a la categoría de ídolo al convertirse en el primer brasileño en ganar un Gran Premio de Brasil desde 1993, cuando el fallecido tricampeón mundial Ayrton Senna trepó al puesto más alto del podio.
"Para mí es un orgullo recibir un premio como ése de las manos del presidente de la República", afirmó el piloto del equipo Ferrari, que ahora aspira a suceder a Michael Schumacher y convertirse en el primer piloto de la escudería italiana.
Massa se negó a revelar si el premio influirá en su elección política en la disputa por la presidencia, que se decidirá el domingo entre Lula y el opositor socialdemócrata Geraldo Alckmin.
"Cada persona tiene su opinión, y yo prefiero mantener secreto sobre mi voto, lo que es un derecho de todos los brasileños", dijo el piloto. De todas formas, agregó que no votará el domingo porque tendrá que participar en un evento de Ferrari en Italia.