INTERNACIONAL
El pas produce y consume un tercio del acero industrial

Malas noticias para los productores de acero: China demorará su transformación industrial

En tan sólo 10 años, la producción china de acero aumentó su incidencia mundial del 15% al 35% y afecta negativamente el precio. Los barones siderúrgicos de América Latina observan preocupados el proceso de reconversión de la industria en el gigante asiático. Por Ariel Cohen

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Una menuda señora de ojos rasgados y 1,5 metro de estatura dejó un tendal de suspiros entre unos 800 representantes de la industria del acero. Su nombre es Xie Qihua, vive en China, y preside el directorio de Baosteel, una de las más grandes acerías del mundo, situada en un país crítico y peligroso, de continuar su expansión, para la industria del acero de todo el mundo.
Los suspiros, lamentablemente para los barones del acero latinoamericano que la escucharon aquí, fueron de frustración. La mujer de acero les dijo que un proceso de reformas en la industria china va más lento que lo pensado y pedido por los empresarios siderúrgicos.

Aquí, los productores de acero de América Latina pidieron a todos los países del mundo que respeten y hagan respetar las reglas del comercio de la Organización Mundial del Comercio, en una manifestación con la mirada puesta en China, país que consume y produce actualmente un tercio del acero mundial.

Paulatinamente, China ha realizado inversiones en la industria acerera para abastecer a su mercado, que debía reemplazar a la existente, pero esa sustitución no está funcionando. Por eso, laindustria siderúrgica latinoamericana está empezando a sufrir el ingreso de excedentes de la producción china, que amenaza un proceso de crecimiento que se desarrolla en la región al compás del ciclo económico positivo de los últimos años.

“Respetemos y hagamos respetar las reglas de comercio en la OMEC a todos por igual”, reclamó Roberto de Andraca, organizador chileno del Congreso Siderúrgico que realiza el Instituto Latinoamericano del Hierro y el Acero (ILAFA).

Daniel Novegil, presidente de ILAFA y CEO de Ternium, la siderúrgica global del grupo Techint, fue contundente en la apertura del encuentro. “Hacia China se ha trasladado el centro de gravedad de nuestro sector. China cerró 2005 con una producción de 350 millones de toneladas de acero, y estima cerrar el año en curso con 416 millones de toneladas. En tan sólo 10 años, aumentó su incidencia respecto de la producción mundial del 15% al 35%”, explicó el industrial.

Barry Naughton, profesor de Economía China de la Universidad de California-San Diego, trazó un cuadro de situación al respecto: “El gobierno chino está aplicando una serie de reformas económicas de tipo ortodoxo para enfriar el crecimiento recalentado de la economía, pero eso, de todos modos, implica un crecimiento no menor al 9,5% para este año”, indicó.

Como parte de esa estrategia, el gobierno central está realizando una activa campaña contra las industrias siderúrgicas más antiguas, que contaminan o son ineficientes, elevó el precio de la tierra y frenó proyectos de inversiones. Sin embargo, las provincias chinas escapan a veces a estas políticas, ya que la concesión de tierras y de la construcción de plantas son una fuente primordial para su poderío político y económico”.

En ese contexto, la posible crisis que produciría una caída de la demanda internacional de acero por la satisfacción de China de su propio mercado o por la caída de la actividad, preocupa a los barones siderúrgicos.

Pero las demandas de control de la construcción de las plantas, que tienen en el proyecto de reconversión de la industria siderúrgica china un aliado, iría mucho más lento que lo deseado.

Es que a pesar de la concentración de directivos de empresas latinoamericanas que se ve aquí, la presencia más importante ha sido la de la señora Xie Qihua. Menuda, de unos 50 años, que apenas era visible detrás del atril de exposiciones en el escenario. Xie Qihua es, empero, la presidenta del directorio de Baosteel, una empresa china que factura US$220.000 millones, que está ubicada 296 en el ranking de 500 empresas globales, y es la tercera siderúrgica del mundo en capacidad de competitividad.

Miss Baosteel fue la figura más convocante en la jornada del Congreso, pero la que menos aplausos recogió. En síntesis, la empresaria les dijo a los acereros que el proceso de reestructuración de la industria irá más lento que lo deseado por todos. “Estamos todavía en una etapa de experimentación, de prueba y error. Esto va a ritmo lento. Es una tarea muy complicada”, dijo Qihua.

Explicó que una fase más profunda de la salida de funcionamiento de las centrales chinas más obsoletas tomará hasta 2020, a pesar de que destacó que el gobierno chino, y que las empresas mismas, toman esta “depuración” con seriedad.

* Editor de Economía del diario Perfil