La gran pasión de Artur Mas, el presidente de la Generalitat, siempre fue navegar. El amor por el mar suele reflejarse en sus discursos de campaña, en los que regala un rosario de metáforas náuticas. Su talento para leer el escenario político lo llevó a ponerse frente al timón del buque independentista, pese a que hasta 2010 no había militado a favor de esa causa. Encaramado sobre la ola soberanista, aplicó duros ajustes en la salud y la educación, en consonancia con las recetas de Mariano Rajoy para salir de la crisis. En la bitácora del economista y referente de la derecha nacionalista catalana, todo parece ser posible.
Economista de profesión, Mas empezó su carrera en 1982, como un joven empleado de la administración pública. Su vida cambió cuando conoció a Jordi Pujol, que lo adoptó como uno de los suyos. De la mano del líder de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) subió posiciones en la Generalitat. Su padrino político lo designó heredero en 2003, tras gobernar durante 23 años. Luego de dos derrotas electorales, Mas se convirtió en 2010 en “president de Catalunya”.
“El concepto de independencia lo veo anticuado y un poco oxidado. Yo apuesto por la España plurinacional”, dijo en 2002 a Rafael de Ribot, autor del libro ¿Qué piensa Artur Mas? “El se define como nacionalista. Según cuenta, hay un antes y un después de la sentencia del Tribunal Constitucional que recortó el Estatuto de Autonomía votado por el pueblo catalán. A partir de ese momento, evolucionó hacia el independentismo”, reveló el periodista a PERFIL.
Los fracasos del pacto fiscal y del Estatuto son claves para entender su viraje ideológico. “La impresión que Mas tiene es que en estos cuarenta años los partidos catalanes ayudaron a la institucionalidad de España, trato que no fue correspondido. Eso lo llevó a entender que la única solución viable era iniciar un proceso hacia la soberanía”, confió Roger Albinyana, secretario general de Asuntos Exteriores y de la UE en la Generalitat.
Ajuste. Para la politóloga Aintzane Conesa, el discurso independentista de Mas
“es una cortina de humo para no hablar de los recortes sociales ni de los presuntos hechos de corrupción”. Joan Botella, catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Barcelona, concuerda, pero con matices: “Su evolución alienta esa interpretación, como también los reiterados episodios de corrupción política. Sin embargo, creo que su conversión es sincera”.
Camaleónico como pocos, esquivó las esquirlas de los casos de corrupción en su partido y tejió una alianza con las fuerzas independentistas, con la que triunfó en las elecciones del 27 de septiembre.