Ayer circulaban distintos rumores sobre que Hillary Clinton podría pasar de ser senadora a secretaria de Estado en el nuevo gobierno de Obama. Al mismo tiempo, la actual secretaria Condoleezza Rice iniciaba su vuelta a Washington, luego de un viaje que quizás haya sido el último de esta gestión de los republicanos por Medio Oriente.
Luego de haber estado Condi Rice casi veinte veces en dicha caliente zona (Bush fue a la región dos veces en el último año) y habiendo puesto Estados Unidos claros esfuerzos desde la conferencia de Annapolis -hace poco más de 12 meses-, pese a que se habían propuesto todas las partes lograr un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes antes de terminar el presente mandato, lo cierto es que a estas alturas el gobierno de George Bush no ha logrado más que dar algunos tenues pasos hacia la tan ansiada paz.
Muchos periodistas, habían sugerido que la cumbre de Annapolis y la maratónica intentona de lograr un acuerdo rápidamente fue un proyecto personal de Condoleezza. Lamentablemente, y una vez más, solo dejó abierta las esperanzas. Israel desde hace meses que ha estado en una suerte de inestabilidad política con las denuncias contra Olmert, hecho que lo ha obligado a renunciar y fijar futuras elecciones en Israel para el 10 de febrero próximo. Y recordemos que los palestinos, están divididos, y que Hamas (liderado por Ismael Hanniyah), que ahora comanda la Franja de Gaza, no había participado en Annapolis. Sólo había estado presente Mahmoud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, que desde Junio del 2007 no controla Gaza.
Tzipi Livni, la presente canciller de Israel, que tiene grandes posibilidades de ser nombrada Primera Ministro y ser ella la que continúe con el proceso de paz con los palestinos, tendrá que esperar a las políticas que encare otra administración en Washington. Aparte primero Israel deberá ir a elecciones, y Livni deberá competir contra Benjamin Netanyahu su principal opositor, del partido Likud.
Pero pese a que ha habido un periodo tranquilo en los últimos meses, gracias a una tregua mientras este proceso de paz se intentaba, en las últimas semanas nuevamente la tensión ha aumentado. La semana pasada cuatro militantes del Hamas fueron muertos en intercambio de fuego, cuando trataban de armar un dispositivo explosivo cerca del alambrado fronterizo con Israel. A partir de allí comenzaron los bombardeos hacia Israel de rudimentarios misiles Qassam, fueron una veintena sobre la ciudad de Sderot y otro ayer cayó en la más poblada ciudad de Ashkelon.
Israel entonces, cerró los pasos fronterizos, y la situación se complica, pues la llegada de insumos se ha limitado a la población en Gaza de casi 750.000 personas. Israel permitiría el ingreso de 30 camiones diarios pero en estos días pasados ha dicho que ha tenido que limitar aun más el abastecimiento porque continuaban los ataques de Hamas a distintas ciudades y peligraba la seguridad. El hecho ha generado fuertes críticas por parte de la agencia de la UN (UNRWA) que distribuye alimentos. También se han cortado los suministros de gasolina (utilizada en los cohetes) pero que sirven como fundamental insumo para la única planta de energía eléctrica en dichos territorios, ahora según se observa, sin operar. Un cuadro que lamentablemente no trae nada nuevo, solo angustia.
(*) Especial para Perfil.com.