"Lo siento Rodrigo, pero ayer en el frente mataron a un amigo libio que iba en mi mismo coche, en el asiento delantero. Ha sido una noche un poco dura. Espero que me disculpes, porque igual tampoco es excusa para faltar a un compromiso. Sólo espero que lo sepas entender". El sábado 2 de abril entraba a mi casilla de correo el último mail que recibí de Manu Brabo, el joven periodista español que escribe desde Libia para PERFIL.
En ese mensaje, el reportero que ahora está desaparecido, explicaba que no había podido enviar su crónica porque la guerra se cobró la vida de uno de sus amigos. Manu le había visto la cara a la mismísima muerte tras un feroz tiroteo, pero estaba más preocupado por no poder cumplir con su tarea periodística.
Desde entonces, hace ya una semana, este diario no ha podido volver a establecer contacto con el enviado especial que el martes fue secuestrado por las fuerzas de Muamar Kadafi.