La inspección del equipaje dio con un cráneo y otros huesos humanos, lo que llevó a la policía a interrogar a la mujer de 62 años y a una amiga de 63, ambas residentes en Italia, que viajaban allí desde Brasil.
Tras presentar la documentación adecuada de las autoridades brasileñas para su carga inusual, las mujeres siguieron viaje a Nápoles, con permiso y con la osamenta a cuestas.