Cientos de miles de libaneses salieron hoy a las calles para acompañar el cortejo fúnebre del ministro de Industria, Pierre Gemayel, asesinado el martes.
Muchos de los que simpatizaban con el político cristiano-maronita portaron banderas de Líbano o exhibieron retratos de Gemayel y del ex primer ministro Rafik Hariri, asesinado el 14 de febrero del año pasado.
"No olvidaremos", decían algunas de los pancartas de los manifestantes, según informó la agencia de noticias dpa.
El cadáver de Gemayel será trasladado de su pueblo natal, Bikfaya, a la Iglesia de San Jorge, en el centro de la capital libanesa, donde alrededor de un millón de libaneses se habían congregado el 14 de febrero de 2005 tras el asesinato de Hariri.
La mayoría gubernamental antisiria había llamado a los libaneses a convertir el sepelio en una manifestación "por la libertad".
En tanto, el primer ministro Fuad Siniora, a cuya coalición pertenecía Gemayel, había ordenado el cierre de todas las escuelas y oficinas públicas para el día de hoy.
Según analistas internacionales, con el multitudinario funeral, la mayoría gubernamental tiene el propósito de manifestar su poder y demostrar a las fuerzas prosirias, encabezadas por el movimiento chiita Hezbollah, que la mayoría de los libaneses apoya al gobierno.
En tanto, el secretario general de Hezbollah, el jeque Hassan Nasrallah, había amenazado con organizar protestas masivas para derrocar el gobierno si éste mantenía su negativa a convocar elecciones anticipadas o aceptar la formación de un gobierno de unidad nacional.
Gemayel, de 34 años, fue asesinado a tiros el martes en plena calle cerca de Beirut. A partir de allí se multiplicaron los llamados a la calma, provenientes de la clase política, mientras los líderes antisirios señalaban la mano de Damasco detrás de este atentado.