El factor OTAN, estancamiento y negociación asimétrica: tres desenlaces posibles de la guerra en Ucrania

Desucranizar Ucrania se volvió una tarea difícil para Rusia. En el primer aniversario de la invasión, el avance de la contraofensiva de Volodimir Zelenski marcó un punto de inflexión en la guerra entre dos países asimétricos marcada por un virtual empate táctico y un futuro incierto.

El 24 de febrero de 2022 Vladimir Putin dispuso la "operación militar" para "desnazificar" (según sus palabras) la exrepública soviética. En tres meses, una Rusia nostálgica del imperio desplegó todo su hardpower en la infraestructura de las ciudades del este ucraniano, el eje de su ofensiva. Mientras tanto, Estados Unidos y el resto del mundo miraban cómo las tropas rusas tomaban el control de los territorios que comprenden el cordón continental que va del Donbás hacia Crimea.

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Con la multimillonaria ayuda de sus aliados, en septiembre Ucrania emprendió una contraofensiva exitosa que permitió no solo hundir al buque insignia de la Armada rusa sino recuperar Jersón y otros territorios, ignorando las advertencias apocalípticas de Putin. La campaña causó entre 80 y 250 mil bajas rusas, según las estimaciones de otros países que Moscú se niega a reconocer en virtud de la moral de sus mermadas tropas. 

Si bien la desventaja de Ucrania continúa, en un año no se doblegó a pesar de sus 100 mil bajas militares y del factor humano de la guerra que incluyó la expulsión de ocho millones de refugiados, la deportación de decenas de miles de huérfanos para su "reeducación" y el asesinato de 18 mil civiles (según datos de la ONU, de enero de 2023).

"Tenemos más o menos el equilibrio de cantidad de artillería, tanques y hombres por eso por ahora ninguno de los bandos puede lanzar una ofensiva que sea súper exitosa y estratégica, sino que se trata de las pequeñas, tácticas dentro de un pueblo o una ciudad de uno o dos kilómetros que son más inofensivas", explica Oleksii Otkydach, analista internacional de Adastra, un think tank de Ucrania.

Desde Kiev y en diálogo con PERFIL, Oleksii intenta dar sentido a los tres posibles desenlaces de la guerra: vaticina los escenarios posibles y destaca la vital ayuda de la OTAN para el destino de la nación ucraniana que busca conservar su independencia frente el gigante euroasiático cuyos presuntos designios imperiales van más allá de la figura de Putin.   

1. Ofensiva exitosa

El primer escenario, el ideal para Ucrania según el analista, ocurriría en abril o mayo luego de las dos ofensivas que planifica Kiev durante la primavera. Las tropas llegan hasta el mar de Azov, de a poco ganan posiciones en lo que queda recuperar de Jersón, y desembarcan en Crimea hacia finales de octubre y noviembre, lo que marcaría el final de la guerra este 2023. Para esto es vital no solamente que Occidente brinde la ayuda prometida sino que haga un esfuerzo mayor.

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Sin embargo, un escenario alternativo es que Estados Unidos desapruebe mayor asistencia militar, que Rusia estabilice su frente durante el invierno y capacite a las nuevas tropas mientras que presiona a Europa a través del suministro energético. Tropas rusas recuperan terreno perdido en Jersón y Donetsk y Volodimir Zelenski se ve forzado a aceptar la rendición.

2. Estancamiento 

El escenario mas probable el estancamiento de la guerra durante varios años. Rusia moviliza a cientos de miles de jóvenes civiles que se convierten en "carne de cañón", tal como definen los soldados ucranianos. Retira de Jersón a sus tropas y se repliega hacia el río Dniéper. Ucrania continúa con la contraofensiva pero falta de fuerzas suficientes el conflicto bélico se paraliza. 

Una estrategia de Rusia es el asedio permanente de la economía de Ucrania y los bombardeos a infraestructura, como también especular lo más posible con los cambios de gobierno en los países aliados de Kiev. Del lado ucraniano, la especulación tiene en cuenta un mayor despliegue de ayuda militar extranjera y los problemas económicos del régimen de Putin. "El año 2023 será el año más complicado para la economía rusa que ya tienen un déficit enorme de su presupuesto", agrega el experto.

3. Negociación asimétrica

Otkydach advierte contra el peligro de un escenario de guerra que dure varios años: el desgaste de Estados Unidos y la OTAN y la disminución de la asistencia militar, algo que estima que puede ocurrir en "uno o dos años". El asunto tiene que ver con el recambio de los gobiernos y el apoyo a Ucrania, con especial énfasis en las presidenciales de Estados Unidos pautadas para el 2024 y la posibilidad de que Donald Trump, un aislacionista, regrese a la Casa Blanca y decline la política intervencionista de -no tan Sleepy- Joe Biden.

Esto conlleva la posibilidad de que los países occidentales, que mantienen relaciones con Rusia, sugieran una negociación entre las partes, que sería asimétrica. Por un lado, para Ucrania implica ceder los territorios ocupados a Rusia en detrimento de las fronteras reconocidas internacionalmente en 1991. Idealmente Rusia otorga reparaciones por los daños y juzga o entrega a los criminales de guerra.

"Los rusos van a negociar solamente en el momento en el que entiendan que no pueden lograr nada más con fuerzas militares, pero pueden pasar años. Si negociamos tendríamos una pausa que durará entre tres y siete años hasta otra guerra. Yo creo que sí este escenario tiene lugar, entonces nos acercamos más a la Tercera Guerra Mundial porque si Rusia gana por lo menos una región ucraniana, para otros países esto será una luz verde para invadir y que no pase nada", cierra.

cp