afp/ap/dpa
Desde París
Una junta de dilatación suelta habría causado el descarrilamiento de un tren en Brétigny-sur-Orge, a las afueras de París, que dejó seis muertos y más de setenta heridos. Se trata de la pieza que asegura la unión en los cambios de los rieles, explicó la empresa SNCF, la compañía que gestiona el ramal donde ayer se produjo el accidente.
La empresa concesionaria detalló que el problema se registró en un conector, una parte metálica del mecanismo de cambio que asegura el paso de las ruedas de los vagones de un ramal de vía al otro. Así quedó confirmada la primera hipótesis del accidente, que especulaba con un problema en el enlace de vía, lo que hizo descarrilar a varios vagones de la formación.
El ministro de Transporte, Frédéric Cuvillier, informó ayer que treinta personas seguían hospitalizadas, incluyendo nueve en estado crítico. La mayoría de las 200 personas que resultaron lesionadas en el accidente fue atendida en el lugar o internada por pocas horas.
El tren, que salió de París el viernes por la tarde con 385 pasajeros, descarriló aproximadamente veinte minutos después de haber iniciado un viaje programado de tres horas, al llegar a la estación Brétigny-sur-Orge.
Según las autoridades, no hubo error humano en el accidente, el más letal de los últimos años en Francia. Cuvillier declaró ante la prensa que la tragedia podría haber sido peor y felicitó al conductor por haber enviado una rápida alerta, lo que evitó un choque múltiple. A su vez, el ministro de Transporte comentó que la locomotora y los vagones habían pasado los controles de rutina pero que el gobierno no está satisfecho de tener vagones con una antigüedad de, al menos, treinta años.
La junta de dilatación –una pieza en el cambio de vías– se había desconectado de su posición normal, informó Pierre Izard, funcionario de la compañía SNCF. “Avanzó hacia el centro del interruptor y en esa posición evitó el paso normal de las ruedas del tren y podría haber causado el descarrilamiento”, agregó en conferencia de prensa.
Asumiendo las responsabilidades de su empresa, el presidente de SNCF Guillaume Pepy habló ayer ante los medios. “La SNCF es responsable de la vida de sus clientes”, afirmó el empresario. El tren había cubierto apenas veinte kilómetros de su viaje a Limoges, a 400 kilómetros de la capital del país. El transporte público esta semana aumentó su flujo porque comenzaron las vacaciones en Francia.