A horas de que venza el plazo de negociación –fijado para mañana–, las delegaciones de Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania, por un lado, y los representantes de Teherán, por el otro, buscaban ayer un acuerdo contrarreloj sobre el programa nuclear iraní. En diálogo con PERFIL, Rafael Grossi, embajador argentino en Austria y ex director general adjunto de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), confió que “no descartaría” una solución pero que, en caso de no haberla, las partes seguirán dialogando. Sus declaraciones llegaron tras participar del seminario “Desafíos nucleares en la agenda de seguridad global 2015”, organizado por la Fundación NPSGlobal.
—Mañana vence el plazo de las negociaciones por el programa nuclear. ¿Es optimista sobre la posibilidad de una solución?
—Más que optimista, soy un excéptico razonable. Dudo de una solución inmediata, pero también sé que no hay muchas opciones para la comunidad internacional, porque tiene que haber una solución pacífica. Que se llegue a este deadline sin una solución, no implica el fin del proceso. Por eso, no descartaría un acuerdo.
—¿Tiene Irán la bomba nuclear?
—No, no tiene armas nucleares. Lo que la Agencia está tratando de dilucidar es cuáles son las posibles dimensiones militares del programa iraní. Contamos con información suficiente que permite suponer que han existido y probablemente existan investigaciones con relación a tecnologías potencialmente vinculables a desarrollos militares nucleares, no pacíficos.
—¿Por qué renunciaría a la capacidad nuclear militar?
—Irán afirmó que no tiene armas nucleares, que no las tendrá y que son antiislámicas. Lo que la comunidad internacional espera es que ellos colaboren, cooperen, con la agencia y con los países con los que se han comprometido a cooperar. Es importante que Irán le dé a la comunidad internacional las garantías necesarias de esto.
Memorando de la AMIA
El embajador Rafael Grossi fue el principal interlocutor argentino con los diplomáticos y negociadores iraníes. Aunque se especializa en temas nucleares, también participó del engranaje diplomático para que la Justicia argentina juzgue a los presuntos implicados en el atentado a la AMIA. Consultado por PERFIL sobre los motivos por los que Teherán no implementó el memorando de la AMIA, el embajador se negó a responder. “No es mi área. No podría comentar sobre eso”, dijo Grossi, que pidió en 2008 que Interpol mantuviera las alertas rojas sobre los iraníes investigados.
