INTERNACIONAL
¿discurso o amenaza real?

Norcorea: los expertos advierten que un error de cálculo activaría el ‘peligro Kim’

Pyongyang tiene larga experiencia en forzar situaciones límite sin llegar a la guerra. Pero la pelea retórica entre su líder y Trump podría detonar un choque indeseable para ambos.

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Campestre. El “Querido Líder” Kim Jong-un, en una imagen difundida por la propaganda oficial. | DPA
¿La escalada verbal entre Donald Trump y Kim Jong-un supone un riesgo cierto e inminente de guerra nuclear? ¿O los medios de comunicación son alarmistas frente a la llamada “cuestión norcoreana”? La deriva reciente del enfrentamiento entre los gobiernos de ambos países y la presunción de que el régimen de Pyonyang tiene en su poder armas atómicas elevaron en las últimas semanas la histeria internacional ante los posibles desenlaces de la crisis. PERFIL consultó a analistas y expertos en política exterior norcoreana para aproximarse a un problema sobre el que nadie se atreve aún a dar una respuesta categórica.

“Kim Jong-un de Corea del Norte, quien es obviamente un demente al que no le importa privar de comida o asesinar a su pueblo, será puesto a prueba como nunca antes”, escribió Trump días atrás en su cuenta de Twitter. La respuesta de Kim no fue menos: “Castigaré con fuego al senil estadounidense mentalmente trastornado”.

En una entrevista publicada recientemente por este diario, el experto nuclear argentino Rafael Grossi, ex número dos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y uno de los especialistas en la materia más reconocidos a nivel internacional, explicaba que “Norcorea tiene un programa nuclear pequeño pero filoso”. Sin embargo, Grossi, quien viajó varias veces al país asiático en el marco de los frustrados esfuerzos multilaterales para que Pyongyang abandonara la orientación belicista de su nuclearización, señaló que es importante distinguir entre el desarrollo de material fisionable –es decir, la “materia prima” para las armas nucleares”– y el programa norcoreano de construcción de misiles, es decir, el medio necesario para atacar a distancia y con ojivas nucleares a otros países y, en particular, al territorio de los Estados Unidos”.

La comunidad internacional da por hecho que Kim cuenta con arsenal nuclear. No obstante, existen dudas sobre su real capacidad para construir en lo inmediato misiles balísticos eficientes para utilizar ese armamento en un eventual conflicto bélico. Hecha esta salvedad, la gran pregunta es si, a nivel político, hoy hay más probabilidades que hace algunos años atrás de que estalle un conflicto con Norcorea.
“Creo que los riesgos son más grandes de lo que han sido desde 1994 –dijo a PERFIL el especialista estadounidense Andray Abrahamian, director asociado de investigación del Comité Nacional sobre Corea del Norte, con sede en Washington, e investigador de Choson Exchange, una organización sin fines de lucro abocada a la mejora de las relaciones entre los Estados Unidos y Pyongyang–. La actual crisis puede ser aún más peligrosa que aquella, ya que los decision-makers de ambas partes están acelerando la disputa. Los medios tienden a ser alarmistas sobre las capacidades de Corea del Norte y sus posibilidades de atacar el territorio estadounidense. Pero el peligro de un estallido bélico debido a un error de cálculo de alguna de las partes es muy real”.

En opinión de Evans Revere, ex funcionario del Departamento de Estado para Asia Oriental y Pacífico y ex CEO de la organización de The Korea Society, “por desgracia, no podemos descartar completamente la posibilidad de un conflicto por un error de cálculo que lleve a una confrontación militar, aunque ninguno de los dos quiera la guerra”. Según Revere, un ex diplomático con experiencia en las negociaciones con Pyongyang, “la escalada retórica y las amenazas podrían hacer que alguna de las partes malinterpretara las intenciones del otro; aunque también hay que decir que, hasta ahora, ninguno de los dos tomó medidas que indiquen preparativos reales para una guerra, de manera que hay una brecha entre retórica y acción”.

Abrahamian coincide en el diagnóstico. “Es cierto que la retórica explosiva de Corea del Norte es normal e histórica, pero Trump y Kim han intercambiado insultos muy directos y personales que constituyen un factor nuevo y bastante alarmante. Los norcoreanos tienen un amplio sentido del orgullo en torno a su sistema, y Kim es el corazón simbólico y práctico de ese sistema. La personalización del conflicto podría generar una galvanización alrededor de su figura y hace que se sienta obligado a tomar acciones más fuertes que las acostumbradas”.

Las cualidades personales del joven Kim tampoco son un detalle menor. “Aunque es cierto que el discurso agresivo de Kim supera a los de su padre y su abuelo en intensidad, ferocidad e impacto –señaló Revere–. La retórica incendiaria ha sido durante mucho tiempo una herramienta preferida del régimen norcoreano. Utiliza amenazas y palabras escandalosas para compensar la debilidad primigenia del régimen y para intimidar a sus adversarios. Pero la diferencia central con años anteriores es que el joven Kim hoy tiene la capacidad de llevar a cabo algunas de las amenazas que profiere. Posee armas nucleares y, quizás, misiles para aplicarlas”.

Así las cosas, una guerra nuclear protagonizada por Corea del Norte no aparece todavía en el horizonte cercano. Pero nunca se puede decir “nunca”.

Moscú se involucra
Una alta funcionaria de la diplomacia norcoreana fue recibida ayer en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia para “consultas” con sus autoridades, según indicó la cancillería rusa en un comunicado. La directora del Departamento de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano, Choe Son Hui, se entrevistó con el vicemininistro ruso de Relaciones Exteriores, Igor Morgulov, para un “intercambio detallado sobre la situación en la península coreana”. En la reunión, la parte rusa “confirmó su voluntad de hacer esfuerzos comunes de cara a encontrar una solución por vía pacífica y político-diplomática” a la creciente tensión entre Corea del Norte y los Estados Unidos. Rusia había advertido la semana pasada sobre una “catástrofe imprevisible” si la escalada entre ambos países continúa en ascenso.