Alemania estaba de luto este domingo por las 19 personas que murieron aplastadas el sábado en una estampida en la Love Parade de Duisburgo (oeste), entre las que figuran dos españoles y otros cinco extranjeros, mientras emergían testimonios del horror en que se convirtió la gran fiesta de la música tecno. Aparte de los fallecidos, otras 342 personas resultaron heridas en la fiesta, que congregó a 1,4 millones de personas, según un nuevo balance dado este domingo por la policía.
Siete extranjeros, entre ellos dos personas de nacionalidad española, forman parte de los fallecidos, informó el domingo la policía. Entre los muertos figuran, además, una australiana, una italiana, un holandés, un bosnio y una china, indicó un portavoz de la policía.
"El Love Parade fue siempre un evento pacífico y una fiesta feliz, pero sería para siempre eclipsado por la tragedia", dijo el organizador de la multitudinaria 'Love Parade' Rainer Schaller. " El Love Parade se acabó, no se hará nunca más", anunció enfáticamente el empresario en una rueda de prensa que realizó hoy en Diusbirgo para pedir perdón a los familiares de las víctimas.
Causas. Por el momento, los principales interrogantes se centran en las condiciones de seguridad de un túnel de 200 metros de largo y 30 de ancho, que parecía ser el único acceso al terreno de una antigua estación de trenes de mercancías, donde se celebró la cita. La prensa destacó también que el terreno previsto para el festival sólo tenía cabida para unas 250.000 personas, cuando el número de asistentes fue casi seis veces mayor.
La policía dice que la estampida se produjo dentro del túnel, pero un responsable de la alcaldía de Duisburgo dijo que varias personas murieron en una escalerilla lateral. Los supervivientes describieron escenas de terror. "Vi a gente muerta en el túnel, y a otras personas vivas pero inconscientes por el piso. Algunas lloraban", cuenta Anneke Kuypers, una chica neozelandesa de 18 años que estudia en Bélgica. La mayoría de los participantes no supo nada de la estampida y siguió bailando.
Las autoridades tampoco difundieron la noticia, para evitar un nuevo movimiento de pánico. Un policía describió la escena del drama como un "infierno". " El ambiente era agresivo (...) la gente estaba descontrolada", contó el policía, que pidió al anonimato, al diario Spiegel. Del lado del gobierno, la canciller alemana Angela Merkel se dijo el sábado "atónita", y el recién electo presidente Christian Wulff dijo: "Esta catástrofe, que ha causado muerte, pesar y dolor en un festival pacífico con gente joven de muchos países, es horrible".
El impacto por la tragedia se transformó pronto en indignación. Los asistentes a la fiesta criticaron a los organizadores por habilitar el túnel como único punto de acceso al festival. "Parece que los organizadores no pensaron en el camino, que era muy estrecho", dice Taggart Bowen-Gaddy, un estadounidense de 20 años que estudia en la ciudad francesa de Metz (este). "No hubo planificación, nadie sabía lo que pasaba", añade.
La revista Focus citó al fundador de la Love Parade, que responde al nombre de Dr Motte, diciendo: "Los organizadores tienen la culpa (...) no mostraron la más mínima responsabilidad". El influyente diario popular Bild se preguntaba en su sitio web: ¨Por qué permitió la policía que la gente continuara la fiesta?". El alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, prometió una investigación exhaustiva. "Antes del evento, elaboramos un sólido plan de seguridad con los organizadores y todos los responsables", aseguró. "Las investigaciones ya abiertas deben desvelar lo que sucedió exactamente", añadió.
Fuente: AFP y DPA