A poco más de una semana de dejar la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama apoyó las protestas en todo el país por la nueva política migratoria del gobierno de Donald Trump, y denunció la discriminación por razones religiosas.
El pasado viernes, el presidente electo de Estados Unidos firmó un decreto que prohíbe el ingreso al país de inmigrantes y refugiados de siete países de mayoría musulmana. En este marco, Kevin Lewis, portavoz de Obama, afirmó a través de Twitter que el expresidente "tiene una divergencia fundamental con la idea de discriminación contra personas a raíz de su fe o su religión".
Asimismo, expresó que el ex mandatario se siente “conmovido por el nivel de compromiso que está teniendo lugar en todo el país", en relación a las protestas.
Ver ciudadanos "ejerciendo su derecho constitucional de reunirse, organizarse y hacer que sus voces sean escuchadas es exactamente lo que esperamos ver cuando los valores de Estados Unidos están bajo ataque", agregó Lewis.
Se trata de la primera manifestación pública, aunque indirecta, de Obama, quien luego de dejar la presidencia el pasado 20 de enero, partió rumbo a California para vacacionar con su familia.