AFP
Washington
Científico, especialista en Física y en Historia Medieval. Aunque parezca mentira, ése es el perfil de Ashton Carter, el hombre al que Barack Obama designó al frente de la más poderosa maquinaria bélica del mundo. El presidente anunció ayer su nominación como secretario de Defensa, que ahora deberá ser confirmada por el Senado.
Graduado en Física en la Universidad de Yale, con un doctorado posterior en Oxford, Carter obtuvo otro título en Historia Medieval. “Me gustan los archivos polvorientos, aprender a descifrar manuscritos en caligrafía medieval y aprender los idiomas necesarios para leer la literatura histórica, especialmente el latín”, afirmó alguna vez.
Experiencia. Carter ha trabajado muchos años en Washington, incluso tres veces en el Pentágono, donde manejó en particular los ajustes financieros. A diferencia de la mayoría de sus antecesores, no sirvió nunca en el ejército, aunque tiene muy buenas relaciones con los legisladores, con la cúpula militar y con las poderosas empresas del sector. Según especialistas, Obama busca con su designación dar un perfil tecnócrata a la gestión, luego de los constantes desacuerdos políticos que mantuvo con su antecesor, Chuck Hagel.
La lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Irak y Siria figurará en la cima de la lista de prioridades de este hombre de 60 años, que fue número dos del Pentágono entre 2011 y 2013.
Pero también Rusia es uno de los principales desafíos políticos que enfrenta el gobierno de Obama, tras la anexión de Crimea en marzo y las maniobras militares dentro de Ucrania. Precisamente, Carter escribió un libro en 1999, Defensa preventiva, en el que alertó sobre el riesgo de que Rusia “se suma en el caos, aislamiento y agresión”, lo que calificó como un “Weimar a la rusa”, en referencia al fracaso del sistema internacional para lidiar con la Alemania xenófoba después de la Primera Guerra Mundial, que finalmente derivó en el advenimiento del nazismo.
Al aceptar la designación en una ceremonia en la Casa Blanca, Carter adelantó su determinación de hablar francamente con el presidente.
Por su parte, Obama destacó la lucha contra EI pero también el fin de las misiones de combate en Afganistán antes de que termine 2014, la respuesta al virus del Ebola en Africa occidental, donde hay militares estadounidenses desplegados, y el fortalecimiento de las alianzas militares de Estados Unidos, con la OTAN a la cabeza.