La imagen del pequeño niño sirio Omran, sentado y cubierto de polvo y sangre en una ambulancia, ya dio la vuelta al mundo. Tras más de cinco años de guerra en Siria y cientos de miles de muertos, se trata de una foto clave. Los diarios la llevan a sus titulares, mientras en internet se propaga rápidamente.
Algo similar ocurrió en septiembre del año pasado con la foto del pequeño Aylan, de 3 años, que conmovió a la opinión pública internacional.
Su cadáver fue arrastrado por el agua hasta una playa turca. El pequeño era uno de los cientos de refugiados que se ahogan en el Mediterráneo. Su imagen se convirtió en símbolo de la crisis de los refugiados.
Estas fotos conmocionan al mundo, pero en Siria hay miles de niños martirizados por los bombardeos, las mutilaciones y los asedios.
“El caso de Omran no es excepcional. Cada día tratamos decenas de heridas de niños, que habitualmente son mucho más graves”, dijo ayer el cirujano de niños Abu al Baraa en un centro ubicado en la zona de Alepo controlada por los rebeldes.
“Ayer hubo siete muertos en un nuevo bombardeo en Salhin (distrito rebelde). Un niño fue herido en el pecho y en la cabeza. Intentamos detener la hemorragia y le hicimos una transfusión sanguínea”, dijo Abu Baraa.
“Pero fue en vano. Al final murió. Venía de cumplir 6 años”, contó.
Sufrimiento. De las cerca de 250 mil personas que todavía están en el este de la ciudad, controlado por los rebeldes y bajo un permanente bombardeo ruso y del régimen de Damasco, unas 100 mil son niños, estimó Juliette Touma, portavoz de Unicef, el fondo de la ONU para la infancia.
La fotografía de Omran “es un recordatorio de lo horrible que es la guerra en Siria y de lo brutal que es el impacto para los niños”, indicó Touma. “Esta foto debería sacudir la conciencia del mundo”.
De las 290 mil víctimas mortales del conflicto, unas 15 mil eran niños. Al menos 2,8 millones de niños sirios están desescolarizados, muchos de ellos tras verse obligados a dejar sus hogares y vivir como refugiados.
Según la Unicef, un tercio de los niños sirios sólo conoce la guerra, ya que nacieron después del inicio del conflicto.
Esto quiere decir que millones de niños “han crecido muy rápido y antes de tiempo”, estimó la agencia de la ONU.
En este contexto, 36 personas, incluidos 17 niños, fueron evacuadas el viernes de la ciudad de Madaya, asediada por el régimen, y de las localidades de Fua y Kafraya, rodeadas por los rebeldes en el noroeste del país, según la Media Luna Roja.
Según un médico de Madaya, entre los evacuados hay un niño de 10 años con meningitis, así como una bebé de un año y un niño con septicemia.