INTERNACIONAL

Otra boda real en Inglaterra: Se casó la nieta de Isabel II

En Edinmurgo y a pesar del bajo perfil que quisieron darle, las calles se llenaron de curiosos para ver a la feliz pareja. La crónica. Fotos. Galería de fotos

Se casó la nieta de Isabel II con el capitán de la selección de rugby.
| AFP

Darío Silva D´Andrea (*)

Como es su costumbre, la sonriente y alegre Zara Phillips, nieta de la reina de Inglaterra, llegó muy tarde a su boda. La chica de 30 años y su novio Mike Tindall, jugador de rugby (35 años) dieron el “sí” ante 300 invitados. La ceremonia se realizó en la modesta iglesia medieval de Canongate, en la soleada ciudad de Edimburgo, Escocia.

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Entre los asistentes estuvieron Isabel de Inglaterra y el príncipe Carlos con su esposa Camilla, y el príncipe Guillermo con Kate Middleton. Además se vio a varias personalidades del deporte inglés, como el entrenador nacional de rugby Martin Johnson, y su antecesor, sir Clive Woodward, que dirigió el equipo que ganó la Copa Mundial en 2003.

Zara, hija de la princesa Ana y considerada uno de los personajes más simpáticos de la monarquía inglesa, vestía un traje en marfil del diseñador inglés Stewart Parwin, proveedor oficial de la reina.

Llevaba la “Tiara Griega” (perteneciente a su madre) una joya de alto valor sentimental, porque fue regalada a Isabel II por su suegra, la princesa Alicia de Grecia (1887-1969). El novio llegó a la iglesia con un frac con corbata gris acompañado de varios colegas.

La ceremonia religiosa, de la que no trascendieron imágenes, fue oficiada por el reverendo Neil Gardner y amenizada con música escocesa por los gaiteros de la reina, y terminó a las 15.51, hora de Escocia.

Cientos de escoceses se congregaron en la Royal Mile, la avenida más emblemática de la ciudad, para presenciar el evento. Muchos de ellos con banderas escocesas y británicas. Muchos habitantes de la zona alquilaron sus balcones a la prensa y a los turistas.

En un pueblo que se caracteriza por su ambivalencia respecto a la unión con Inglaterra, la celebración tiene un ineludible significado político. Las coronas de Escocia e Inglaterra quedaron unidas en 1603, al fallecer la reina Isabel I y heredar su primo James Estuardo.

Sin embargo este año el flamante premier escocés, Alex Salmond, llegó a las elecciones prometiendo la independencia de Escocia, lo que hizo alarmar a la reina Isabel II y a David Cameron.

El líder escocés se comprometió a mantener a Isabel II como Jefa de Estado en una Escocia independiente “siempre que el pueblo así lo desee”. Por eso este enlace “casi real”, en un escenario aparentemente elegido al azar, tuvo la más importante misión de “encantar” a los escoceses y apaciguar sus ánimos independentistas.

Aunque catalogada como un evento privado y familiar, la presencia de la Casa de Windsor no pudo pasar desapercibida para los escoceses. Por eso, la policía desplegó un dispositivo de seguridad que costó a los contribuyentes medio millón de libras.

Como anticipábamos la semana pasada, tras la boda se celebra una recepción privada en el Palacio de Holyroodhouse, donde se dice que ronda el fantasma de un amante de la reina María de Escocia, que vivió en el siglo XVII.

La reina pagó de su propio bolsillo los US$ 65.000 para la utilización del palacio. Este es un popular punto de atracción turístico, por lo que el dinero ofrecido por Isabel II sirve para cubrir las pérdidas provocadas por el cierre a los turistas durante el fin de semana.

El viernes, los novios ofrecieron una fiesta juvenil en el antiguo Yate Real «Britannia», amarrado en el puerto de Leith. El “palacio flotante” puesto en funcionamiento en 1953 para el uso exclusivo de la Casa Real, realizó 968 viajes oficiales por el mundo hasta su retiro de servicio, en 1997.

La Casa Real confirmó hoy que después de la boda, Zara -13ª en la sucesión al trono inglés- conservará su nombre de soltera, con el que fue campeona de Europa y del Mundo en equitación.

Mike Tindall, al igual que Zara, es un deportista reconocido. Compitió más de 60 veces para Inglaterra y formó parte del equipo inglés que venció a Australia y ganó el Mundial en el 2003, época en que conoció a su ya esposa en un bar.

Su madre, Linda, es trabajadora social, mientras que su padre, Philip (de 63 años), se vio obligado a dejar su trabajo como un funcionario bancario hace cuatro años después de ser diagnosticado con la enfermedad de Parkinson.

(*) Especial para Perfil.com