Luis Moreno Ocampo, ex fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) y del Juicio a las Juntas, es una de las voces más autorizadas en la escena internacional a la hora de hablar de crímenes de guerra y contra la humanidad. El abogado argentino, que instruyó siete casos contra dictadores africanos, desestimó en 2012 investigar la Operación Plomo Fundido que desató Israel en 2009 en Gaza. Pese a esa decisión, aseguró ayer, en diálogo con PERFIL, que Palestina podría demandar ahora a Israel ante la CPI.
Según el Estatuto de Roma, que creó el tribunal internacional, esos delitos tienen una pena máxima de treinta años. En momentos en que el conflicto dejó más de 1.400 muertos y fracasó la tregua humanitaria, la Justicia internacional parece ser la única alternativa para detener el baño de sangre.
—En su opinión, ¿se cometieron crímenes de guerra en Gaza?
—No lo sé, hace falta una investigación exhaustiva. Como fiscal de la CPI intervine en el conflicto previo de Gaza, en 2009. Quien era ministro de Justicia de la Autoridad Palestina vino a la Corte a reclamar que intervenga en los crímenes cometidos en Palestina. Pero ahí había un problema. De acuerdo a la ley de la CPI, los Estados son los que pueden aceptar la jurisdicción del tribunal. Pero, justamente, no era claro en ese momento que Palestina fuera un Estado.
—¿Cómo resolvió esa solicitud de investigar el Operativo Plomo Fundido?
—Una comisión de investigaciones de Naciones Unidas encabezada por Richard Goldstone dijo que había que mandar el caso a la CPI para que investigara posibles crímenes de guerra de Israel y de Hamas. El Consejo de Seguridad nunca respondió a eso. Cuando Palestina en 2011 se presenta pidiendo ser aceptada como un Estado miembro de la ONU, el Consejo, liderado por Estados Unidos, nunca lo discute. En marzo de 2012, antes de irme, resuelvo que hasta que la ONU no reconociera que Palestina era un Estado, el fiscal de la CPI no tenía facultades para decidir quién era un Estado. Por lo tanto, desestimo el pedido.
—¿Por qué cree que ahora Palestina tiene herramientas legales para presentarse ante la CPI?
—En noviembre de 2012 Palestina va a la Asamblea General de Naciones Unidas, que la reconoce como un Estado observador. A partir de ahí, cambia el status de Palestina. Si Mahmoud Abbas acepta la jurisdicción de la Corte, podría investigarse la ocupación en Gaza, porque Gaza es claramente parte de Palestina. Ahora, Palestina sí tiene la facultad de demandar a Israel ante la CPI.
—Una vez que presente la denuncia, ¿qué pasos seguiría el caso?
—La fiscal debe iniciar una investigación. Y eso va a requerir que tres jueces la autoricen. Tiene tiempo para buscar evidencia de que hay crímenes de guerra cometidos. Y luego, el paso siguiente, sería que haya una investigación que establezca quiénes son los responsables. Israel podría bloquear el caso en la CPI, abriendo una investigación ella misma, ante sus jueces.
—¿Por qué Palestina aún no se presentó ante la Corte?
—Me parece que lo usaba como una especie de amenaza contra Israel. Cuando John Kerry armó el último plan de paz en Medio Oriente, el compromiso de Israel era liberar presos palestinos y el de Palestina era no ir a la CPI. Creo que la idea es que si tenés una bala y ocho enemigos, no gastás la bala, la usás como una amenaza. Estados Unidos, que financia a la Autoridad Palestina, no quería que esto pasara. Sin embargo, si el conflicto continúa, me parece que hay una posibilidad cierta de que vaya a la Corte.
—La ONU acusó a Israel y a Hamas de violar el derecho humanitario. ¿Qué potestad tiene la comunidad internacional para juzgar a los responsables?
—Hay una comisión de las Naciones Unidas que investigará, pero para hacer un juicio hace falta la CPI. Solamente la puede involucrar la Autoridad Palestina o el Consejo de Seguridad, que no lo va a hacer por Estados Unidos. Lo óptimo sería que Palestina e Israel hicieran una tregua y establecieran mecanismos de investigación bilaterales.
—¿Cómo terminar con el conflicto palestino israelí y sus frecuentes rebrotes de violencia?
—El problema más serio que tienen las dos partes es que no confían en el otro. La visión de un israelí es que no puede confiar en nadie que no sea gente amiga. A los palestinos les pasa lo mismo: no confían en acuerdos con Israel. No hay instituciones que manejen el conflicto. La violencia no se detiene con más violencia, sino con instituciones. Eso es la Corte Penal Internacional, una nueva institución para armonizar conflictos.