El papa Francisco apuntó contra la “cultura de la cancelación”, un fenómeno consecuente de los reclamos de minorías que implica el llamado a un boicot masivo -y en algunos casos el ataque o la virtual eliminación- contra personas que hacen comentarios o tienen conductas “inaceptables” según el pensamiento mainstream, cuya caja de resonancia son las redes sociales pero que también transmuta a la vida real a través de otros canales, como la política o la religión.
En este caso, el líder de la Iglesia Católica elevó el concepto a un nuevo nivel al utilizarlo para fundamentar la desconfianza y el individualismo que predomina “en la diplomacia multilateral”, de la mano del “déficit de eficacia” de los organismos internacionales. Según su visión, este comportamiento caracteriza el concierto de las naciones desde fines de la Segunda Guerra Mundial, en un momento histórico marcado por las inéditas crisis globales que ponen en peligro a las futuras generaciones, como la climática o la migratoria.
“Nadie se puede salvar por sí mismo, los desafíos de nuestro tiempo son todos globales. Frente a una mayor interconexión de los problemas, existe una mayor fragmentación de las soluciones. La falta de voluntad de diálogo y señales de fraternidad, alimenta tensiones y divisiones, da una sensación generalizada de incertidumbre e inestabilidad”, dijo Francisco el pasado 10 de enero ante los embajadores de los países que tienen relaciones bilaterales con la Ciudad del Vaticano.
Desde el Aula de las Bendiciones de la Santa Sede, el obispo de Roma dio un extenso discurso dirigido a la comunidad internacional en su tradicional encuentro de principios de año en el que hizo un repaso de los hechos internacionales mas relevantes del año pasado e hizo un llamado de atención a los principales problemas actuales, como la guerra en Siria o Yemen y el cambio climático.
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Papa Francisco: la cultura de la cancelación es una “forma de colonización ideológica”
En su análisis de coyuntura internacional, para describir las relaciones entre los países y la crisis de legitimidad de los organismos multilaterales el papa Francisco sorprendió al utilizar el concepto de “cultura de cancelación”, al que calificó de una forma de “colonización ideológica que no deja espacio a la libertad de expresión”.
“En nombre de la protección de las diversidades, se termina por borrar el sentido de cada identidad, con el riesgo de acallar las posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada de las diferentes sensibilidades. Se está elaborando un pensamiento único (peligroso) obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas, mientras que toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no según la hermenéutica de hoy”, sentenció Jorge Bergoglio.
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En ese sentido, insistió en que la diplomacia multilateral está llamada a ser “inclusiva” y no “suprimiendo o ignorando las diversidades y sensibilidades históricas que distinguen a los distintos pueblos”. Según su evaluación, esta cultura de cancelación del que piensa distinto invade “muchos ámbitos e instituciones públicas, en nombre de la protección de las diversidades”, algo que "atenta contra la libertad de expresión".
En su interpretación, esto pone “aún más en peligro la multilateralidad”, especialmente en relación a las agendas de los organismos respecto a la resolución de los conflictos globales. “Hay una falta de aprecio hacia los organismos internacionales por parte de los Estados”, fustigó el obispo de Roma.
En esa línea, el Papa aprovechó para hacer un llamado a la unión de los países para recuperar “el sentido de identidad común como una familia humana única”, para evitar profundizar el actual aislamiento “marcado por exclusiones y cláusulas recíprocas”, que generan incertidumbre y desconfianza.
La cultura de la cancelación
Uno de los cambios sociales más paradigmáticos ligados a las redes sociales es que sirvieron de caja de resonancia discursiva de movimientos y protestas sociales de toda índole, especialmente de las minorías, que encontraron en la cibermilitancia un aliado fundamental. En tanto, a partir de la masividad que implican las redes, frente a algún reclamo específico -como los derechos de las mujeres o el movimiento Black Lives Matter- se puede dar la “cancelación” del que opina algo distinto al pensamiento “políticamente correcto” o mainstream.
“Se define la 'cancelación' como un fenómeno en las redes, por el que se retira el apoyo, se suprime el vínculo, o se llama a boicotear y hasta atacar a personas cuyos comentarios o acciones nos molestan o consideramos inaceptables, o que transgreden la expectativa puesta en ellas en sus opiniones o adhesiones. No son respuestas sólo individuales y personales, se etiqueta y se llama a insultarlas y denunciarlas para que cierren sus cuentas”, explica la filósofa Diana Maffia en una columna de PERFIL.
De modo paradójico, estos sentimientos afines a los legítimos reclamos de las minorías podrían derivar en un “pensamiento único” e incluso a la persecución -o cancelación- en redes sociales con el objetivo de suprimir esa disidencia, a partir de la convocatoria a cerrar la cuenta de la persona cancelada o atacar masivamente, algo que, en el análisis de Francisco, “no deja espacio a la libertad de expresión”.
