La presidenta chilena, Michelle Bachelet, se refirió a la muerte de Augusto Pinochet por primera vez de forma directa al asegurar que la figura del dictador "simboliza la partida de un referente de un clima de división, odio y violencia".
A un día de los funerales que generaron posturas encontradas en la sociedad chilena, Bachelet aseguró de todas formas que la muerte del dictador no abre una nueva etapa en el país. Para la jefa de Estado, el momento de quiebre se dio en 1990 cuando se instauró el primer gobierno posterior a Pinochet, lo que marcó el retorno a la democracia.
En una conferencia de prensa, la mandataria chilena explicó que las decisiones que tomó en torno a los funerales de Pinochet buscaron garantizar "la seguridad y el orden" en el país ante un tema de "altísima conflictividad por las pasiones y sentimientos que despierta".
Bachelet evitó referirse a las decisiones y expresiones de la familia del ex militar fallecido, pero anticipó que "en los próximos días" dará razones de su accionar dedicado a "velar por el bien de todo el país".
Fuente: Télam