El periódico El Heraldo reveló que un empleado de esa sede diplomática organizó el pasado 20 de diciembre una fiesta con alcohol y prostitutas. Según las versiones periodísticas, habría evidencias de que se realizó una orgía, se produjeron saqueos y hasta "se puso en peligro la seguridad nacional". Según el diario, la noche de excesos se habría realizado sin el consentimiento del embajador.
La "francachela" fue realizada por un hondureño, identificado como Jorge Mendoza, empleado personal del embajador Carlos Humberto Rodríguez. Hasta el momento, el representante del gobierno hondureño no realizó declaraciones sobre el escándalo.
Un día después de la fiesta, personal de la Embajada advirtió que faltaban computadoras, celulares y varios equipos. Además, encontraron destrozos, oficinas abiertas y hasta un ciudadano colombiano ebrio. Mendoza "dormía plácidamente" en el área de lavandería del edificio. También habían defecado en la oficina del propio embajador e incluso encima del escritorio del agregado militar, el coronel Sergio Gómez.
La policía de Bogotá maneja el caso con mucha prudencia pero la polémica ya atravesó las fronteras.
