Es un secreto a voces que el gobierno de Joe Biden tiene sus reticencias sobre el presidente brasileño Jair Bolsonaro. Pero las dos últimas visitas que recibió el jefe de Estado, primero la del director de la CIA William Burns y luego del Consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan, ponen de relieve la importancia “clave” de Brasil en la geopolítica de Washington. Brian Winter, vicepresidente del Americas Society/Council of de Americas, lo confirmó en un Twitter: “El gobierno Biden puede no amar a Bolsonaro, pero ve a Brasil como pieza clave en la creciente confrontación global con China”.
Según Winter, “gran parte de América Latina está en crisis y se vuelve contra Washington. Brasil es todavía un aliado importante de Estados Unidos”. Así lo reveló el ex embajador norteamericano en Brasilia Todd Crawford Chapman, al salir de aquella primera cita de Burns con Bolsonaro, el 1º de julio último. El diplomático estadounidense, que dejó la embajada hace dos semanas, aseguró en una conferencia de prensa que “es importante que la democracia institucional continúe viva y fuerte en Brasil. Y confío plenamente de que esto es una realidad”.
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En aquella gira de julio, Burns estuvo con tres generales y un civil: Walter Braga Netto, ministro de Defensa; Augusto Heleno, de Seguridad Institucional; Luiz Eduardo Ramos, por entonces ministro coordinador del gabinete; y el director de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Alexandre Ramagem. Fue este último quien twitteó al concluir la tournée de Burns: “Simbólica visita del director general de la CIA demostrando la creciente importancia de Brasil en el escenario internacional. Identidad histórica y cultural de las dos naciones occidentales, conservando valores fundamentales de cara a la democracia representativa y al interés público”.
El viaje de Sullivan, consejero de Biden para la Seguridad Nacional, completó la tarea iniciada por Burns. Se reunió también con Bolsonaro y con los ministros militares: Braga Netto y Augusto Heleno; al almirante Flavio Rocha, de Asuntos Estratégicos; y dos civiles, el canciller Carlos Alberto França y Fabio Farias, ministro de Comunicaciones. ¿Cuál fue el eje de todos esos encuentros? La oferta de la Casa Blanca a Bolsonaro para que Brasil se torne socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
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¿Cuáles son las ventajas de Brasil al asociarse a la OTAN? Primero, la compra de armamentos sofisticados en países de la alianza. Segundo: el entrenamiento en centros especiales de la organización. Hay un único país latinoamericano que está dentro de la OTAN: Colombia es también socio global. Pero, además, abre las puertas para que los miembros de la OTAN intervengan en caso de que Brasil enfrente un conflicto internacional. A su vez, el gobierno brasileño podrá ser convocado para participar en alguna situación crítica para los países de la alianza. Desde luego, la oferta de Washington a Brasilia provocó gran entusiasmo en los ministros militares, pues convertiría a las Fuerzas Armadas brasileñas en una auténtica potencia militar regional. Pero según el diario Folha de Sao Paulo, no habría unanimidad en las filas de los uniformados con más estrellas en las charreteras.
Es que parece ser que, a cambio de la OTAN, Sullivan le pidió al gobierno brasileño que impida la participación de la empresa china Huawei en la licitación de la banda 5G, que debe ser convocada antes de fin de año. El argumento norteamericano es que el dominio de esa banda le daría a China la capacidad para espiar al resto del mundo, creando entonces un “grave problema” de seguridad. No por acaso Sullivan trajo a la reunión cumbre con el gobierno brasileño a Tarun Chabra e Amit Mital, directores senior de tecnología y cibernética del Consejo de Seguridad Nacional. El asesor de Biden llegó, también, acompañado de otros funcionarios de primera línea de la Casa Blanca: Juan González, director de Asuntos Estratégicos para el Hemisferio Occidental y Ricardo Zúniga, oficial senior del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental.
EG / ED
