Policías bolivianos protestan y amenazan con inmolarse
Los uniformados reclaman mejoras salariales.Aseguran que van a
"jugar a la ruleta rusa" si no atienden sus pedidos.
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AFP
Unos treinta policías amotinados desde el lunes en un cuartel de la central ciudad boliviana de Cochabamba por mejoras salariales amenazan con inmolarse y "jugar a la ruleta rusa", mientras las autoridades iniciaron intensas gestiones para solucionar el conflicto.
Los policías amenazaron con "jugar a la ruleta rusa" como forma de protesta. "Si sale la bala es responsabilidad del Gobierno. Que solucione nuestro problema ya", indicó uno de los uniformados.
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A pesar de la situación de beligerancia que el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, atribuyó a "cuestiones políticas", los mandos policiales anunciaron que se inició el diálogo para acercar posiciones. "Estamos dispuestos al diálogo, pero nuestras medidas no serán suspendidas hasta que haya una solución que en derecho nos corresponde", declaró un vocero de la protesta que pidió no ser identificado. Los policías amotinados -que se niegan a dar un examen de homologación, el quid del problema- exigen con distintas medidas de protesta su reubicación de facto en el escalafón policial y un consecuente reajuste salarial.
En el tercer día de tensión, algunos uniformados acompañados por familiares salieron del cuartel y se dirigieron a un terminal de buses cercano donde hicieron disparos al aire, quemaron llantas e impidieron la salida del transporte interdepartamental, según imágenes de la televisión y versiones de radio. Mientras tanto mantuvieron su amenaza de inmolarse si sus planteamientos no son atendidos: un policía, que la víspera dio un ultimátum al gobierno y también anunció que se descerrajaría un tiro, fue ingresado en una clínica víctima de una crisis nerviosa.
"Hemos cargado el arma, calibre 38, porque nos vamos a autoeliminar y es responsabilidad del gobierno si hay alguna baja", protestó un policía rebelde que pidió mantener el anonimato. Estos policías -de baja graduación- recibieron entrenamiento de un mes para obtener la categoría de vigilantes de edificios públicos y bancos y se niegan a rendir un único examen para subir de rango y equipararse al nivel 15 que agrupa a los agentes con preparación de un año. "Esto es alzamiento armado (...) estamos frente a posiciones irracionales", afirmó el viceministro de Gobierno, Rubén Gamarra.
La diferencia en el tiempo de formación hace de los egresados de la escuela policial -que no es el caso de los rebeldes-, "policías de verdad", puntualizó. Los rebeldes aspiran a un reajuste del 25% de sus salarios que oscilan, en el equivalente en bolivianos, entre 119 y 181 dólares mensuales. Unos 300 policías del interior fueron desplazados a Cochabamba para reforzar la vigilancia principalmente de entidades bancarias y negocios.
