INTERNACIONAL
la continuidad de un amor

Por inseminación, tuvo un hijo del marido muerto en Irak

Kathleen Smith tenía problemas para quedar embarazada y estaba por comenzar el tratamiento cuando su esposo murió en la guerra. Hace 15 meses nació Benton, el niño "que - asevera- Brian y yo queríamos tener".

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| AFP

Austin, Texas – “Se parece tanto a su padre, es casi impresionante”, asegura Kathleen Smith, oriunda de Austin, Texas –al sur de los Estados Unidos–, y  viuda de un soldado norteamericano que murió en Irak y optó por dar a luz un hijo concebido por inseminación artificial con el esperma congelado de su difunto marido.

El pequeño, de ahora 15 meses y llamado Benton, nació el 14 de julio del año pasado y es hijo de Brian Smith, quien falleció en Irak en julio de 2004. “Tuve a este bebé porque Benton es el niño que Brian y yo queríamos tener. Parte de mi sueño fue posible tras su muerte”, explicó la mujer de 42 años.

Antes de la partida del soldado, la pareja había hecho un depósito en un banco de semen. “Yo tenía problemas de fertilidad y habíamos hablado de la posibilidad de pasar por una fecundación in vitro. Estaba por comenzar el proceso cuando lo mataron”, recordó Kathlenn, que tiene dificultad para quedar embarazada por unas quemaduras que sufrió cuando era pequeña.

Algunos soldados temen perder su fertilidad por heridas o exposición a productos químicos y deciden resguardar su semen antes de ser desplegados en Irak o Afganistán. De hecho, constituyen entre el 1 y el 3 por ciento de los depósitos en los grandes bancos de esperma estadounidenses.

“Hemos observado un pequeño aumento de los depósitos (de semen) de soldados desde que ofrecimos un descuento del 30 por ciento para el personal militar en 2003”, sostuvo Tanya Peebles, portavoz del California Crybank, uno de los mayores bancos de esperma estadounidenses. La conservación de una muestra cuesta 365 dólares al año.

Pero las viudas de los militares que deciden concebir de manera póstuma no son muchas. La estatal administración de veteranos de guerra conoce cuatro casos, indicó su portavoz Jim Benson. “No pienso que el fenómeno se propague”, afirmó un profesor asociado de medicina de un instituto del salud del ejército en Washington.

“El problema es el arrepentimiento.
Ya he visto casos de mujeres que, tras haber conocido a otro hombre, se arrepienten de haber tenido un hijo de su marido muerto”, sostuvo el especialista, que prefirió el anonimato. Sin embargo, ese no fue el caso de Kathleen, quien confiesa que “Benton es un niño maravilloso, es una bendición” y que dejó de apoyar la invasión a Irak, “una opinión difícil de sostener en Texas”.

Incluso los padres de su marido que, en un primer momento no estuvieron de acuerdo con la iniciativa, ahora están felices con la llegada de su nieto. “Es exactamente igual a su padre”, sonríe el abuelo del pequeño, William Smith.

“Al principio su abuela estaba en contra de la idea. Pensaba que yo me tomaba libertades” con una inseminación póstuma, “que no era justo para el niño ser criado sin su padre”, explicó Kathleen, afirmando que entre su entorno y los recuerdos ella puede crear esa figura paterna.

“A los 40 años yo no tenía todo el tiempo del mundo para encontrar otro compañero y tener un hijo. Si hubiera tenido diez años menos, la situación habría sido diferente”, explicó la mujer, sin excluir la posibilidad de volver a casarse aunque, asegura, por el momento no piensa en eso.

Fuente: AFP