Los iraníes acudían a las urnas este viernes para renovar su Parlamento, controlado por los
conservadores, entre llamamientos de las autoridades pidiendo una participación masiva en unas
elecciones que los reformistas parecen haber perdido de antemano y donde la principal pelea se da
entre los conservadores y los ultra-conservadores.
"Cada papeleta introducida en la urna es un golpe decisivo asestado al enemigo", repetía
incansablemente la televisión estatal antes de la apertura de los aproximadamente 45.000 colegios
electorales.
Alrededor de 44 millones de votantes pueden elegir a los 290 diputados del nuevo Majlis, tras
una corta campaña apagada en la que los candidatos incluso tenían prohibido pegar carteles. La gran
incógnita será la tasa de participación, que se conocerá como muy pronto el domingo. Los resultados
electorales se harán públicos antes del 20 de marzo. En el 2004, las legislativas registraron el
índice de participación más bajo de la historia de la República Islámica, con el 51,2%.
Al igual que en el 2004, los órganos de supervisión electoral, dominados por los
conservadores, vetaron a más de 2.000 candidatos potenciales, entre los que figuraban muchos
reformistas.