Agencias
Barcelona
Un exaltado Jordi Pujol compareció ayer ante el Parlament catalán para rechazar las acusaciones de corrupción que ha recibido luego de revelar que durante 34 años tuvo dinero en el exterior sin declararlo al fisco español. “¡No soy un político corrupto!, gritó Pujol, de 84 años, a los legisladores de la Comisión de Asuntos Institucionales, ante quienes se negó a responder preguntas.
Símbolo del nacionalismo moderado, y líder histórico del partido Convergència i Unió, el mismo del actual presidente catalán, Artur Mas, quien fuera su estrecho colaborador, Pujo sostuvo que “la existencia de dinero en el extranjero puede ser muy criticada, pero no presupone que su origen sea ilícito. No salió del erario público” y proclamó: “No me hice político para hacer dinero; dinero ya tenía”.
En julio, mientras se multiplicaban las investigaciones sobre enriquecimiento contra varios de sus hijos, Pujol emitió un comunicado en el que admitió la existencia de cuentas en el exterior, nunca declaradas, que atribuyó a una herencia de su padre cuya cantidad tampoco precisó. También ha sido acusado, entre otras cosas, de que en su larga gestión (1980-2003) se pedía una comisión del 3% a cada empresa que ganaba una licitación pública.
La oposición criticó duramente al ex presidente por no haber respondido preguntas y sostuvo que la corrupción podría extenderse al actual gobierno catalán. “Mas está temblando, porque si el capo habla pueden caer todos, y él fue su delfín”, dijo Albert Rivera, líder del partido Ciutadans.
Pujol, ex presidente catalán: “No soy un político corrupto”
