El polonio 210 es un material radioactivo natural descubierto a fines del siglo XIX por la científica Marie Curie. Hay pequeñísimas dosis de la sustancia en el suelo y en la atmósfera y existe también un muy pequeño porcentaje en el organismo humano.
En dosis más altas, sin embargo, daña los tejidos y los órganos. Históricamente denominada radium F, la sustancia es difícil de identificar en el cuerpo.
Una experto consultado por la cadena CNN aseguró que la elección del polonio para envenenar al ex espía ruso Alexandre Litvinenko no fue casual: “La sustancia fue elegida con mucho cuidado por ser difícil de detectar en el organismo”, dijo Phillip Walker, profesor de Física de la Universidad de Surrey.
Según los especialistas, la sustancia no puede traspasar la piel y para causar daño tiene que ser ingerida o inhalada. Y como la radiación que emite es de muy poco alcance, sólo daña los tejidos cercanos.
Sin embargo, en el caso de Litvinenko existe el riesgo potencial de que todas las personas que estuvieron en contacto con su orina, o hasta su transpiración, hayan inhalado una pequeña cantidad de la sustancia.
Otro experto consultado por CNN, el profesor Dudley Goodhead, explicó que para “envenenar a alguien se necesitan cantidades mucho más grandes”.
Cómo llegó a los aviones de British Airways. La investigación de Scotland Yard determinó que una pequeña cantidad de polonio 210 fue encontrada en tres de los aviones de la empresa.
No queda claro hasta el momento cómo fue que la sustancia ingresó en los aviones de British Airways pero hay dos teorías posibles: puede haber entrado en algún tipo de recipiente o dentro de un pasajero, que lo habría ingerido previo a subir al avión.
Los especialistas señalan que ambos métodos resultan verosímiles, aunque sostienen que los riesgos para quienes viajaron en los aviones son muy bajos.