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elecciones presidenciales en iran

Raisi, el clérigo conservador que amenaza a Rohani

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Candidato. Ebrahim Raisi, un “duro” de la Revolución, es cercano al líder supremo Alí Jamenei. | AP
De los seis postulantes que disputarán el próximo viernes la presidencia de Irán, los principales contendientes son dos clérigos, que lideran las dos corrientes ideológicas de la República Islámica: el actual mandatario reformista Hasan Rohani y Ebrahim Raisi, un ultraconservador cercano al líder supremo iraní, Alí Jamenei, que amenaza con impulsar un giro de 180 grados en la política exterior de Irán. Las elecciones serán un plebiscito a la política reformista del jefe de Estado, cuyo mayor obstáculo para ser reelecto es justamente Raisi, un funcionario que ostentó altos cargos en la Justicia y hasta sonó como eventual sucesor de Jamenei.

En el último debate televisivo, el opositor atacó al gobierno por no lograr el desarrollo económico y no asistir socialmente a los más pobres, esbozando un discurso populista y nacionalista. Si bien una derrota podría minar sus opciones de ser el próximo líder, la candidatura le otorgó una exposición pública que no tenía antes. Con el lema “Trabajo y dignidad, cambios a favor del pueblo”, abogó por mejorar la economía y elevar los subsidios, ya que –indicó– él no sólo oyó el “dolor de la pobreza” sino que lo “sintió”, al quedar huérfano de su padre a los 5 años. Con ese discurso, se transformó en el gran referente del ala conservadora, enfrentada a la corriente reformista de Rohani.
Raisi, un “duro” de la Revolución, integró el comité de cuatro miembros que autorizó las ejecuciones de presos políticos de 1988, un episodio tabú que fue mencionado elípticamente durante la campaña electoral.

Su meteórica carrera lo llevó a ser primer adjunto del Poder Judicial entre 2004 y 2014. Desde 2011 se desempeña como fiscal general especial para el clero, mando al que se accede por orden directa del Líder Supremo.

Jamenei lo designó también director de la importante fundación Astan Quds Razavi, que custodia el santuario chiíta del imán Reza, el más sagrado del país.
Tras la asunción de Trump, Irán está ante la disyuntiva de continuar con su distensión con Occidente, luego de firmar un acuerdo sobre su programa nuclear, o adoptar una política exterior más dura, que le permita lidiar de otra manera con el mandatario republicano.

Críticas.
Rohani atacó ayer con munición gruesa a Raisi. “La gente volverá a decir ‘no’ a aquellos que sólo saben cómo ejecutar o encarcelar”, disparó, al tiempo que remarcó que el país decidirá entre la paz o la tensión. Su contendiente le contestó con palabras del Líder Supremo: “Fue la gente la que ahuyentó la sombra de la guerra en Irán”.