El primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien tenía que presentar este lunes su renuncia al cargo tras perder estrepitosamente el referéndum sobre la reforma constitucional, retrasó su salida del poder para garantizar la aprobación de la ley de presupuestos 2017.
La decisión fue tomada por el presidente de la República, Sergio Mattarella, el único con el poder de disolver el parlamento, convocar elecciones anticipadas y designar a su sucesor, quien considera que la máxima prioridad de los próximos días es que se respeten los compromisos que garantizan la estabilidad económica de la tercera economía de la eurozona, como la ley de presupuestos.
Según informaron fuentes parlamentarias, Renzi aceptó por "sentido del deber". El primer ministro italiano se reunió dos veces este luines con Mattarella, un primer encuentro informal a primera hora de la mañana y otro al finalizar la jornada.
Por el momento, al no estar formalizada la renuncia el clima político se congela por unos días, lo que permitirá a toda las formaciones bajar el tono del debate tras una tensa campaña, que dividió el país en dos. Todavía no se descartó la posibilidad que Mattarella convoque elecciones anticipadas, aunque se augura que lo más probable es que decida nombrar a una personalidad por encima de los partidos para que dirija "un gobierno técnico" encargado de reformar la actual ley electoral.
El partido populista y antisistema Movimiento 5 estrellas (M5S) y la formación de extrema derecha Liga Norte reclaman elecciones anticipadas para beneficiarse de la ola de malcontento expresada con el voto. Paralelamente, otras formaciones políticas parecen estar de acuerdo con designar un gobierno de transición que reforme la compleja ley electoral.
"Vamos a hacer de todo para ganar las elecciones, el programa de gobierno y su equipo los vamos a votar la próxima semana por internet", anunció Beppe Grillo, líder del M5S, en su blog. Según los últimos sondeos, el M5S saldría ganador de las elecciones, una tendencia que los editorialistas comparan con lo ocurrido en Gran Bretaña con el triunfo del Brexit y en Estados Unidos con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales.