La bajada del artículo impacta antes de leerlo. “SEMANA revela los documentos secretos de la inteligencia venezolana que demuestran cómo el ELN y las disidencias de las FARC son la punta de lanza de Nicolás Maduro para desestabilizar a Colombia”. La afinidad ideológica, conocida y de larga data, quedaba finalmente al descubierto. O no. Especialistas consultados por PERFIL remarcan que ese vínculo existe, pero dudan sobre la existencia de los documentos. “Más allá de las afinidades ideológicas abiertas, claras y firmes que existen entre la Revolución Bolivariana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), veo complicado que existan órdenes escritas como han sido supuestamente reveladas por el artículo de Semana. Sería una ingenuidad pensar que esas órdenes tienen que estar plasmadas en blanco y negro en caso de existir”, consideró Rocío San Miguel, presidenta de la ONG venezolana Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional y una de las mayores especialistas sobre el ámbito castrense de ese país.
Los documentos reservados del Servicio de Inteligencia Bolivariano (Sebin) y del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) revelarían la protección y asistencia que el régimen de Nicolás Maduro presta a la guerrilla colombiana, dos semanas después de que Iván Márquez anunciara que un grupo disidente de las FARC retomaba las armas. “No ha habido un firme rechazo de Maduro a este anuncio. No ha habido un deslinde claro. Hay una muy clara connivencia y apoyo que a las FARC en Venezuela”, sostiene San Miguel, que afirma que el grupo armado tiene presencia en tres cuartos del territorio del país, inclusive en Caracas.
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“Les informo muy respetuosamente a través de la presente comunicación que por orden del presidente Nicolás Maduro Moros, deberán evitar entablar enfrentamiento con personal de los grupos rojos en las zonas de entrenamiento y abastecimiento desde 080106002019 hasta nueva orden. Brindar apoyo logístico y entrenamiento”, dice uno de los documentos, firmado por el almirante Remigio Ceballos, comandante estratégico operacional de las Fuerzas Armadas de ese país. Los grupos rojos a los que alude el texto serían integrantes de las FARC y el ELN. “En Occidente las unidades azules son aliadas y las rojas son enemigas durante los juegos de guerra y el combate. En Rusia es al revés y eso es algo que adoptó Venezuela: las fuerzas rojas son las aliadas y las azules son enemigas. Referirse a las fuerzas rojas es una forma de decir fuerzas aliadas”, afirma Andrei Serbin Pont, analista internacional y Director de CRIES.
El diputado opositor Francisco Sucre denunció que habría retenes del ELN en el estado de Bolívar, que actuarían con la aquiescencia de los militares venezolanos. “La cooperación entre las Fuerzas Armadas Bolivarianas y diferentes grupos paraestatales es de larga data, incluso en algunos momentos estuvo bastante blanqueada”, agrega Serbin Pont. El ex presidente Hugo Chávez declaró en 2008 que las FARC eran “fuerzas insurgentes” con “un proyecto político bolivariano”. Dos meses después, el bombardeo sobre un campamento de las FARC en Ecuador, que culminó con el asesinato de su número dos, Raúl Reyes, fue duramente cuestionado por el líder bolivariano, que reconoció haberse reunido anteriormente con el miembro de la guerrilla.
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Las revelaciones de Semana llegan en momentos de extrema tensión entre Colombia y Venezuela. Maduro ordenó iniciar ejercicios de guerra en la frontera, una maniobra que, según el opositor Juan Guaidó, busca “distraer la atención” de la crisis humanitaria. El anuncio del Palacio de Miraflores fue una reacción a la acusación del Gobierno de Iván Duque, quien dijo que Maduro estaba rearmando a las FARC.
El pulso diplomático tendría un nuevo capítulo a partir del 24 de septiembre, cuando el presidente colombiano prometió presentar “una batería de pruebas” sobre la complicidad bolivariana con la guerrilla en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
