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Sarkozy vuelve al ruedo: quiere ser candidato presidencial en 2017

Luego de casi tres años de retiro, el ex mandatario francés anunció su regreso a la política. Enfrenta media docena de causas por corrupción.

Polémico. Fiel a su estilo, el ex presidente pateó el tablero en el peor momento del gobierno actual.
| AFP

Afp/Ap/Ansa
París

Con la mira puesta en las elecciones de 2017, el ex presidente francés Nicolas Sarkozy anunció ayer su regreso a la política. A través de su cuenta en Facebook, el ex mandatario justificó la vuelta al ruedo tras dos años y medio alejado de la escena pública por la “desesperanza” que siente entre sus compatriotas. Fiel a su estilo, Sarkozy sacudió el tablero político en Francia al criticar por igual al presidente socialista François Hollande y a la líder ultraderechista Marine Le Pen.

El ex jefe de Estado había decidido retirarse de la política luego de su derrota en los comicios presidenciales de 2012. Sin embargo, su retorno era un secreto a voces en París desde hacía meses. “Quiero demasiado a Francia, estoy demasiado apasionado por el debate público y por el futuro de mis compatriotas como para verlos condenados a elegir entre el espectáculo desesperante del presente y la perspectiva de un aislamiento sin salida”, publicó en un extenso comunicado.

Sarkozy, de 59 años, hizo así una doble alusión al ascenso del xenófobo Frente Nacional (FN) de Le Pen, el partido más votado en Francia en las elecciones al Parlamento Europeo en marzo; y al mismo tiempo a la impopularidad récord de Hollande, que sólo alcanza el 13 por ciento de imagen positiva entre los franceses según la última encuesta de opinión publicada.

Se trata del peor momento del líder del Partido Socialista (PS) en una prolongada espiral descendente de su aprobación. La valoración ciudadana de Hollande empeoró como nunca hasta ahora desde que nombró a un nuevo gobierno, rebajó las previsiones económicas y anunció que necesitará dos años más para cumplir su compromiso de reducir el déficit público a menos del 3 por ciento, objetivo que no se alcanzará hasta 2017.

“He visto crecer como una marea inexorable la angustia, el rechazo, el enfado con el poder y de su mayoría pero, más ampliamente, con todo lo que toca de cerca o lejos a la política”, agregó ayer Sarkozy, que será candidato en el congreso que la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) celebrará el próximo 29 de noviembre.

Acerca de su candidatura a la presidencia de la UMP, dijo que su objetivo es “transformarla de arriba abajo para crear en un plazo de tres meses las condiciones de una nueva y amplia unión que se dirigirá a todos los franceses, sin ningún espíritu partidista, que supere las fracturas tradicionales que no corresponden ahora a ninguna realidad”.

Acusado. Acorralado en los tribunales judiciales por media docena de casos de corrupción, con su regreso Sarkozy intensificará las divisiones que su amada u odiada figura genera en la ciudadanía. Al mismo tiempo, podría ser un bálsamo para la UMP, en crisis de representación desde que el socialismo llegó al Palacio del Elíseo. Además, el ex mandatario está imputado por tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional en la instrucción sobre una posible financiación irregular con dinero del derrocado dictador libio Muamar Kadafi, pero no se refirió a estos casos en su comunicado.