La batalla por el control del Congreso estadounidense entró este jueves en la recta final cuando otro sondeo mostró que los demócratas se beneficiarán del descontento de los votantes con la guerra en Irak.
Una nueva encuesta sobre intenciones de voto divulgada el jueves mostró que la mayoría de los votantes sigue oponiéndose al manejo de la guerra de Irak y respaldando a los demócratas en su intento por recuperar el control del Congreso.
El último sondeo de The New York Times/CBS News, antes de los comicios del martes, muestra que sólo el 29 por ciento de los electores estadounidenses aprueba la forma en que el presidente George W. Bush conduce la guerra.
A pesar de que su encuesta nacional no proporciona datos específicos por distritos, el Times dice que el 52 por ciento de los electores registrados consultados votaría por los demócratas, contra sólo 33 por ciento por los republicanos.
Entre los votantes independientes, considerados clave para los resultados globales, el 50 por ciento dice que apoyará a los demócratas, contra 23 por ciento que votará por los republicanos.
Sólo el 34 por ciento de los norteamericanos tiene una visión favorable de Bush, lo que refuerza la idea de que los republicanos podrían sufrir un severo revés el martes próximo.
Ese 34 por ciento de aprobación es nueve puntos inferior al que tenía el predecesor de Bush, Bill Clinton, en octubre de 1994, cuando los republicanos –que en ese momento eran oposición- tomaron el control del Congreso.
El sondeo de Times/CBS arroja aproximadamente el mismo resultado que una encuesta de The Wall Street Journal/NBC divulgada el miércoles. Según esta última, el 52 por ciento de los votantes registrados votaría a los demócratas, contra 37 que prefiere a los republicanos.
El sondeo indica que 54 por ciento de los electores dijo que no valió la pena el precio humano y económico que se pagó por el derrocamiento del dictador iraquí Saddam Hussein.
Intentando revertir la situación, George W. Bush y otros líderes republicanos están intentando aprovechar un tropiezo del senador demócrata John Kerry.
El ex candidato presidencial demócrata dijo hace unos días, ante un grupo de estudiantes, que "hay que aprovechar al máximo los estudios, estudiar mucho, hacer las tareas, hacer un esfuerzo para desenvolverse. Si no, terminarán en Irak".
Preocupados por la posibilidad de que esa intervención pueda restarle votos a los demócratas, otros miembros del partido le sugirieron el miércoles a Kerry que se disculpara y se abstuviera de intervenir en la campaña.
Ambas encuestas, sin embargo, fueron realizadas antes de las declaraciones de Kerry, por lo que nadie puede afirmar con certeza qué impacto pudieron tener sobre los electores.
Los demócratas se proponen recuperar el control de la Cámara de Representantes y del Senado. Para ello necesitan lograr 15 bancas más de las que ya tienen en la Cámara de Representantes y seis de las 33 que están en juego en el Senado.
Una victoria demócrata en ambas cámaras podría afectar los dos últimos años del mandato de Bush, pero también podría paralizar al Congreso, según analistas.
Aunque las encuestas nacionales sugieren que el involucramiento de Estados Unidos en Irak es el principal tema de la campaña, The Washington Post informó el jueves que al menos 15 bancas republicanas en la Cámara de Representantes estaban en peligro debido a una serie de escándalos, incluyendo el caso del congresista Mark Foley, quien fue acusado de acoso sexual por varios becarios.