Agencias
Río de Janeiro
Dilma Rousseff dijo ayer que la mayoría de los 12 millones de brasileños que habitan en favelas están “felices” de vivir en ellas, y no quieren dejarlas. “Las favelas reúnen a cerca de 12 millones de habitantes, el equivalente al 6% de la población brasileña, y la mayoría absoluta de sus vecinos dicen estar felices”, aseguró la presidenta. Según Rousseff, “Brasil cambió y las favelas también cambiaron”, y sus vecinos “no tienen intención de dejar el lugar donde moran pues tienen orgullo de él”.
Morros. En algunas capitales, como Río de Janeiro, cerca del 15% de sus habitantes viven en favelas establecidas en las laderas de los morros de un sistema montañoso que se prolonga por casi todo el litoral atlántico.
Un buen buen número de las favelas cariocas está bajo el control de narcotraficantes o “milicias”, grupos parapoliciales que se afincan luego de expulsar a los vendedores de drogas.
En 2008, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, anunció la creación de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas cariocas, como una nueva “política de seguridad pública” que consistía en expulsar a los narcotraficantes y ocupar las comunidades con una policía más cercana a los ciudadanos.
Desde entonces, el gobierno instaló 38 UPP en 264 favelas, pero la guerra entre los narcotraficantes y la policía parece no tener fin, y este modelo de “pacificación” es cada vez más cuestionado.
Clase media. Sin embargo, la presidenta Rousseff sostuvo ayer que, pese a los problemas que las afectan, las favelas han progresado junto con los cambios observados en Brasil en los últimos años “debido a las políticas de promoción” social implementadas desde la llegada al gobierno de Lula da Silva, en 2003.
“Brasil cambió, y las favelas también. Hoy las favelas ya no son tenidas como una realidad surgida de la mala distribución de la renta en Brasil, porque en los últimos diez años se duplicó el número de vecinos pertenecientes a la clase media”, aseguró.
Dilma divulgó un mensaje en su página de Facebook con motivo del Día Internacional de las Favelas, instituido por la Central Unica de Favelas, una entidad que dirige el productor cultural Celso Athayde, autor de varios libros como Falcao, los niños de tráfico y Cabeza de puerco