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Desde Roma
Aún vencido, Silvio Berlusconi no baja los brazos. A pesar de la sentencia judicial en su contra y de haber roto el viernes con su ex delfín Angelino Alfano, Il Cavaliere relanzó ayer Forza Italia, la formación con la que irrumpió en la política italiana hace veinte años. La jugada política llegó tras la escisión del Pueblo de la Libertad (PdL), su anterior agrupación.
El empresario logró evadir ir a prisión debido a su edad, pero tendrá que hacer tareas comunitarias y estará inhabilitado para ocupar cargos públicos.
El ex premier fue el protagonista de una reunión del Consejo Nacional del PdL en Roma, en el que durante un largo discurso afrontó diferentes temas y repartió críticas a Alfano. Al cabo de una emocionada intervención, de una hora y media, Berlusconi, de 77 años, dejó el escenario acompañado por la ovación de sus simpatizantes, pero también por un médico que lo asistió a raíz de un ligero malestar que sufrió al término de su discurso.
“Es muy difícil ser aliados en el Parlamento o sentarse en la misma mesa con quien quiere matar políticamente al líder de un partido”, dijo Berlusconi, en referencia a Alfano, quien antes de la ruptura era su “hijo político”. Pese a las críticas, también destacó que sería equivocado enfrentarse a la Nueva Centroderecha de Alfano: “No debemos trazar un surco... sino apuntar a una coalición que agrupe a todo el frente moderado italiano”.
La implosión del PdL se debe al choque entre las dos almas políticas del partido, la de los “halcones” o “lealistas” que defienden a rajatabla al “Cavaliere” –incluso frente a sus graves problemas judiciales– y la de las “palomas” o “innovadores” lideradas por Alfano, quienes tiempo atrás se rebelaron al anciano ex premier y que sostienen con convicción al gobierno de Letta.
El empresario hizo, por otra parte, una declaración que dio tranquilidad al premier Enrico Letta. “No estamos en condiciones de hacer caer al gobierno”, aseveró Berlusconi. Así, admitió que no hará ningún intento para derrumbar al Ejecutivo en el Parlamento.
Pese a relanzar Forza Italia, Berlusconi vive sus horas más difíciles. El actual viceprimer ministro Alfano, que anunció el viernes por la noche que ni él ni los cinco ministros miembros del PdL se sumarían a Forza Italia, se llevó a más de cincuenta parlamentarios. El dirigente formará un bloque, llamado “Nuevo Centro Derecha”, desde el cual apoyará al actual gobierno.
Berlusconi tendrá un fin de año muy amargo, aún se encuentra bajo la amenaza de lo que es su espada de Damocles: el 27 de noviembre será probablemente expulsado por el plenario del Senado –cámara de la que es miembro– a raíz de la condena definitiva en su contra por un caso de fraude fiscal de Mediaset, una de sus empresas.
El PdL está en crisis desde el 3 de octubre, cuando cinco ministros y un gran número de parlamentarios del movimiento de Berlusconi se negaron a seguir a su mentor en una votación destinada a tumbar el gobierno de Letta.