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omar garcia

Sobreviviente de la matanza de Iguala pidió ayuda a Cristina

Familiares de la masacre en México en 2014 quieren que el caso de los 43 estudiantes sea declarado como “desaparición forzosa”.

Sonrisas. Quieren que la Presidenta interceda ante Peña Nieto.
| Cedoc Perfil

Desde Madrid
Familiares y sobrevivientes de la masacre de Iguala, en septiembre de 2014, quieren que Cristina Fernández y Estela de Carlotto los ayuden a que la causa no sea cerrada, como pretenden las autoridades mexicanas, y se abran nuevas líneas de investigación.
“Queremos pedirle a la señora Carlotto, a la presidenta argentina y a todos los políticos allí, que hagan un pronunciamiento al gobierno de México para que se tipifique este delito como ‘desaparición forzada’” y que se abran nuevas líneas de investigación, dijo a PERFIL Omar García, uno de los sobrevivientes, que participó en Madrid de la llamada Caravana de Ayotzinapa 43.
Con su “caravana”, que recorrerá hasta el 19 de mayo varias capitales pero no tiene previsto aún incluir a la Argentina, familiares y sobrevivientes quieren mantener abierta la investigación, contradiciendo, “por falta de pruebas científicas”, la versión de la fiscalía mexicana que sostiene que los 43 estudiantes desaparecidos del centro Norma Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, fueron masacrados e incinerados en un basurero por miembros del cartel narco Guerreros Unidos.

Sin miedo. “No tengo miedo, aunque sé que pronto vendrán por mí”, dijo a PERFIL García, uno de los sobrevivientes de la masacre de Iguala, donde en la noche del 26 de septiembre de 2014 se forzó la desaparición de los estudiantes de magisterio de Ayotzinapa. “Estoy seguro de que los militares me van a matar pero hoy tengo la obligación de reclamar justicia por mis amigos masacrados”, agregó. Omar García participó en Madrid de una concentración frente al Ministerio de Relaciones Exteriores de España y de una marcha hacia la Embajada de México en Madrid, junto a Eleucadio Ortega Carlos, padre de Mauricio Ortega, uno de los 43 jóvenes desaparecidos aquella noche. “Mi hijo está desaparecido, lo tienen los militares”, dijo Ortega, y hasta que no me den sus restos en una bolsa mi hijo está vivo”.