El pueblo sudafricano esperaba esta noche con resignación la muerte del expresidente Nelson Mandela, que sigue internado en un hospital de Pretoria en estado muy grave y bajo respiración asistida.
A pesar de la cautela del gobierno de ese país, los cambios en la agenda del presidente Jacob Zuma dan cuenta del agravamiento del cuadro médico de Mandela: luego de visitar al ícono mundial de la lucha contra el racismo, Zuma anuló una visita prevista a Mozambique.
Mientras tanto, Napilisi Mandela, jefe del clan del expresidente sudafricano, confirmó que está bajo asistencia respiratoria. "Sí, está usando máquinas para respirar. Es malo pero ¿qué podemos hacer?", reconoció.
El estado de salud de Mandela, premio Nobel de la Paz en 1993, empeoró durante el fin de semana. Desde el 8 de junio está internado por una recaída de la infección pulmonar que sufre desde hace dos años y medio, consecuencia de sus años de prisión bajo el apartheid.
Por estas horas, el hospital Mediclinic Heart Hospital de Pretoria se convirtió en el epicentro de una conmovedora despedida de quienes ven en el exmandatario, apodado afectuosamente como "Madiba", a un padre simbólico. Muchos ciudadanos llegan al hospital, dejan un recuerdo -flores, globos, banderas, o fotos entre otros- y, después de leer los mensajes que deja la gente, siguen su camino, sabiendo que estas pueden ser las últimas horas con vida de quien logró impulsar el espíritu sudafricano hacia el fin de las tensiones raciales.
Destino. Ayer, la familia de Mandela se reunió en la localidad de Qunu, con la intención de acordar previamente adónde depositaran los restos de Madiba.
Oficialmente, Mandela debe ser enterrado en Qunu, pero existen divergencias dentro de la familia. "Mi familia está aquí y quisiera ser enterrado aquí, en la casa", había declarado Mandela en 2003. Sin embargo, algunos allegados prefieren que sea enterrado en Mvezo, su aldea natal, a unos 40 km de Qunu y a la cual se accede por un camino de tierra.
La prensa sudafricana aseguró este miércoles haber visto una excavadora en Qunu y a varias personas trabajando en una colina cercana a la casa de Mandela, en lo que podría ser su tumba.