Finalmente, pese a los pedidos de organizaciones sociales, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó el proyecto sancionado por el Congreso que despenalizaba la libertad de abortar. De esta manaera, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva aprobada el martes por el Senado deberá ahora conseguir tres quintos de ambas Cámaras para lograr promulgar dicha iniciativa.
Uruguay, pionero en la implementación de la ley del divorcio en América Latina, no logró convertirse en el primer país de la región en legalizar el aborto, decisión que lo hubiera puesto a la altura de todos los países desarrollados. Vázquez contó con el apoyo de la titular de Salud, María Julia Muñoz, mientras que señaló que tomó la medida por razones "científicas".
El martes, el Senado uruguayo había consagrado la Ley sobre Salud Sexual y Reproductiva que contemplaba el derecho a interrumpir el embarazo en las primeras 12 semanas de gestación y “en aquellos casos de penuria económica, familiar, riesgos para la salud de la madre o malformaciones del feto”.
La posición adoptada por Tabaré Vázquez generó internas en el Frente Amplio, alianza que gobierno Uruguay desde marzo de 2003. Ayer, trascendió que dirigentes de la coalición de izquierda le iba a proponer al Presidente plebiscitar la ley en octubre de 2009, en coincidencia con las elecciones nacionales, situació que finalmente no se llevará a cabo.