El cierre de la campaña de John McCain en Ohio fue agresivo y lo protagonizó, lamentablemente, un irónico y por momentos mal intencionado Arnold Schwarzenegger. El héroe de acción hollywoodense, nacido en Austria, actual gobernador del Estado de California, que muchas veces dijo que amaba la política americana y que apoyaba las ideas en consenso, tuvo un gesto hostil, desubicado, hasta agraviante para el candidato demócrata Barack Obama. Y lo hizo ante un estadio lleno, frente a las cámaras de televisión y junto a Mc Cain que, unos pasos atrás, posiblemente estaría pensando si esa jugada era acertada.
"Terminator" comenzó jactándose de su trabajado cuerpo físico, para luego continuar diciendo “Vengo todos los años a Ohio, lo he hecho durante 40 años para organizar el Arnold Classic, que como Ustedes saben, se trata de construir el cuerpo, de lograr músculos, el campeonato más importante del mundo”. Y siguió “Por eso quiero invitar también al senador Obama, porque necesita hacer algo con esas piernitas tan flacas. Lo voy a hacer levantar pesas”. Pero no terminó allí, sino que se despachó con “lo vamos a hacer trabajar para que gane volumen, músculos, para que haga crecer esos bracitos”, lo que generaba carcajadas y aplausos del público. Luego agregó “Si Obama pudiera agregar algo de carne en sus ideas, sería bueno”.
“Miren a Mc Cain, es una roca, su carácter es sólido y su visión también”, señaló Schwarzenegger para luego decir “ha pasado cinco años como prisionero de guerra, fue torturado, privado de todo, aislado, y ha pasado todas estas duras pruebas”. Luego hizo comparaciones con lo que llamó el viejo socialismo europeo. “Vine hace cuarenta años porque en Europa el socialismo era un fracaso, los entrepeneurs se iban y se llevaban los trabajos consigo. Agradezco haber venido a Estados Unidos y no podemos aceptar las políticas de económicas de Obama. Mc Cain hará cambios sustanciales en todo aspecto y nos salvará de éste desastre económico” afirmaba el Gobernador que, de paso se debe recordar, tiene a su Estado sumido en una crisis deficitaria que no logra enderezar.
También asistió el ex Alcalde de New York, Rudolph Giuliani, que dijo, entre otras cosas “me acuerdo de John Mc Cain cuando pelea. Cuando está atrás. Pero él, así se siente confortable. Va a ganar la elección” y agregó “John hará que sus impuestos sean bajos, mientras que su oponente los subirá” lo que generó un abucheo enorme contra Obama por parte del público.
En fin, un acto más, de una serie de tantos, donde ha recrudecido la agresividad. Lo que no es permisible es cuando se ataca al candidato no por sus ideas, sino que se invocan aspectos de su cuerpo ó personales. El gobernador de California debería preservar, dentro de lo que su título de Jefe de una de las administraciones ejecutivas más importantes dentro de la Unión implica, las formas y el contexto. Pareciera que su personaje de “Terminator”, que lleva adentro, lo sobrepasa, lo desborda e incinera la política bien hecha, la política de las ideas y de las convicciones.