En el Mercosur, el conflicto nao tem fim. La reciente decisión de Venezuela de autoproclamarse presidente pro tempore del bloque y la oposición de Argentina, Brasil y Paraguay a ese mecanismo reavivaron la crisis que permanecía latente entre los países miembros. Si bien los analistas internacionales consideran que se trata de un enfrentamiento ideológico, la parálisis del Mercosur abre un interrogante acerca de cuál será el futuro del bloque económico. Mientras algunos sectores claman por transformar la unión aduanera en una zona de libre comercio, otros piden un Mercosur “a dos velocidades”.
Cuando ingresó la Venezuela de Hugo Chávez –suspensión de Paraguay mediante–, el Mercosur era un club de estrechos aliados políticos, que se abroquelaban ante el avance de iniciativas de liberalización del comercio en América Latina. Ahora, sin embargo, el bloque es un consorcio de vecinos peleados entre sí. Desde Caracas señalan que Buenos Aires, Brasilia y Asunción integran una “Triple Alianza” que quiere “tomar por asalto” la presidencia pro tempore, mientras que esos gobiernos señalan que Venezuela aún no implementó todos los tratados para asumir el liderazgo del bloque.
Giovanna de Michele, internacionalista de la Universidad Central de Venezuela, considera que el último enfrentamiento es “ideológico”. “El gobierno venezolano respondió de la manera en que lo hizo porque es el estilo de la diplomacia venezolana frente a quienes ponen en entredicho la calidad de su democracia y, en consecuencia, la legitimidad del presidente Nicolás Maduro; máxime en momentos de fuertes cuestionamientos y mucho escrutinio por parte de importantes actores de la comunidad internacional”, confió a PERFIL.
Reformas. Más allá de ese roce diplomático, hay tensiones que amenazan el futuro del Mercosur. Ante el auge del marketing de la Alianza del Pacífico, algunos de los socios, entre ellos Argentina y Uruguay, adhirieron como observadores a la zona de libre comercio encabezada por Chile, Perú, Colombia y México. Ese desplazamiento hacia el Pacífico encendió los alarmas entre los defensores de la unión aduanera. ¿Imitará el Mercosur la estrategia de esos cuatro países y se volcará al libre comercio? “Hay ganas de reconvertir el Mercosur. Lo que no veo son recursos. Una alternativa es rebajarlo a una zona de libre comercio. Pero hoy no hay apoyo para eso. Ni Argentina ni Brasil estarían dispuestos, ya que tendría costos políticos y simbólicos”, explicó Federico Merke, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés.
La alternativa más plausible, entonces, es un Mercosur de dos velocidades, como pidió el canciller brasileño José Serra. De esa forma, los miembros tendrían libertad para firmar tratados de libre comercio con otros bloques o países sin la necesidad del acuerdo de los demás socios.
La Cancillería argentina intentó acercar posiciones entre Brasil y Paraguay, por un lado, y Venezuela, por el otro. Cuestionó que no hubiera una cumbre de presidentes o cancilleres donde se cediera la presidencia del bloque, pero evitó negarle a Venezuela esa prerrogativa. “Susana Malcorra tiene la idea de volver a las fuentes. Un Mercosur menos ideologizado, menos político y más comercial. Eso no significa rebajarlo a una zona de libre comercio, sino volver a la etapa fundacional. El punto es que Brasil está en recesión y Venezuela está en crisis. Podemos avanzar con Uruguay y Paraguay, ¿pero cuánto?”, se preguntó Merke. La prudencia del gobierno argentino aún no logró calmar las aguas diplomáticas.
Minutos antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, Mauricio Macri, Michel Temer y Horacio Cartes hablaron sobre el conflicto con Venezuela y acordaron celebrar el 23 de agosto una nueva reunión de los coordinadores técnicos de sus cancillerías. Allí buscarán una salida al intríngulis diplomático que paraliza al Mercosur.